jueves, 6 de julio de 2017

Sole y sus misiles

Sole y sus "misiles".

Hoy Sole ha perdido la paciencia, ha decidido no cortarse, cabreada desde las seis de la mañana, hora intempestiva en que el perro de los vecinos de arriba la ha despertado con sus golpes y ladridos. No es la primera vez, ni la segunda. Tras media hora de ruido, se viste y sube como un huracán y aporrea el timbre, abre la joven y sin esperar nada, ni el saludo de cortesía, ametralla:

- Como vuelva a escuchar al chucho ladrar o golpear llamo a la policía o quizá mejor a la protectora de animales, porque lo tenéis mil horas sólo a diario, y por cierto "guapita" tu taconeo a todas horas ya me tiene harta, ¿es que tus zapatillas de estar en casa tienen tacón? ¡Quedas avisada! y sin dejarla reaccionar se marcha.

Según bajaba aliviada se ha despachado a gusto, quizás debió hacerlo hace tiempo, pero eso ya no tiene remedio, en el portal se cruza con la presidenta de la comunidad, y encendida de nuevo, sin pensar le dice:

- Deja de convocar juntas de vecinos, llevas cinco en seis meses, que son un "peñazo", que si pintar la escalera, que si la limpieza deja mucho que desear, que si poner una antena parabólica.  Siempre de asuntos sin urgencia, ¿es que te aburres "maja"?, búscate un chico que te ponga a tono o algún entretenimiento y verás como estás chorradas de la comunidad te resbalan.

- Pero bueno señora... como se atreve...

La deja con la palabra en la boca y enfila hacia el metro, en el vestíbulo las máquinas no funcionan, y el de la taquilla está fuera de cháchara con el de seguridad. Sole se le acerca y le increpa con sarcasmo:

- ¿Qué... trabajando duramente... ? y ahí las máquinas estropeadas y todas esas personas esperando a que tú tengas a bien terminar tu palique sobre fútbol y dignarte currar un poco. ¡Vamos gandul, deja de escaquearte y ves atender a los viajeros!

Baja al andén y allí en mitad del mismo, un joven con camiseta negra sin mangas marcando músculos de gimnasio, que no del cerebro, con un doberman, se dirige a él:

- Oiga con el perro debe viajar en el último vagón, y ese perro peligroso debe llevar bozal, o quiere que llame al "segurata". El culturista refunfuña y la atraviesa con una mirada de odio, pero saca un bozal y se encamina al final del andén. Así me gusta murmura para sí misma, contenta de su valor para no dejarse pisotear hoy, cualquier otro día se habría ido a otro lugar alejado y estas palabras se habrían quedado enjauladas en su cabeza.

Entra en el vagón y se sienta, saca un libro policíaco que la tiene enganchada y comienza a leer, en la siguiente estación entra un adolescente con gorra y la visera hacia atrás, un pandillero, lleva regetón a todo trapo, para sordos, y se le sienta al lado. Ella le fusila:

- Chaval baja esa música para que sólo la oigas tú, o te destrozo el móvil ese, que te habrá costado una pasta.

El chico acobardado lo apaga y huye despavorido a otro vagón.

En la siguiente parada entra una señora de no menos de ochenta con un bastón, Sole observa que nadie le cede el sitio, de inmediato se levanta para que la anciana ocupe su asiento, y acribilla con un rapapolvo a tres adolescentes que continúan sin inmutarse con su trasero aposentado:

- ¡A mí se me caería la cara de vergüenza! dejar de pie a una señora tan mayor, pensar que fuese vuestra abuela, ¡vaya maleducados!. Mientras les lanza una mirada de reprimenda y desaprobación, acompañada de un ligero movimiento de cabeza.

Cuando de nuevo intentaba concentrarse en la lectura, aparece una mujer hablando a voces por el móvil, contando cotilleos sobre la jefa de su trabajo y poniéndola de vuelta y media, casi todos  los viajeros a diez metros a la redonda la miraban asombrados del exagerado volumen de voz que utilizaba. Sole se aproxima y le comenta pausadamente:

- Perdona baja el volumen, por favor, y cuidado con los comentarios sobre tu jefa porque es una prima mía. La vociferante se pone colorada, y se aleja explicando a su interlocutora que debe cortar la llamada.

Guarda el libro y se aproxima a la puerta para bajarse, de repente un olor nauseabundo le abofetea, casi la tira para atrás "ostras que tufo", a punto de provocarle arcadas. Le lanza una mirada asesina y su despectiva voz le fusila:

- Lávate un poco ¡so cerdo!, que tu "olorcito" lo sufrimos los demás, ¡marrano pestilente!.

Hoy cada gota desborda su calma, y las frases que su educación filtraban y únicamente quedaban en su mente, salen como misiles contra todos los que la enfurecen, sin mordazas, quizá con tintes ligeramente bordes, pero ha desahogado tanta rabia contenida.

Vale Sole, se dice para sí misma, por hoy es suficiente, relájate ya... Estás a punto de entrar al trabajo, y en los tiempos que corren estallar con el jefe o con la directora supondría el despido fulminante. Asi que aunque sería una gozada inolvidable, déjalo para cuando la lotería te abrace.

lunes, 3 de julio de 2017

Reprobación... ¿y para qué sirve?

¿Para qué sirve, si no se aplica?

El TC declara anticonstitucional la amnistía fiscal de 2012. El Congreso de los Diputados reprueba por mayoría al ministro de Hacienda. ¿De qué sirve? Si resulta que no tiene consecuencias. Sólo es una reprimenda o regañina a 'Cristobalito'. Opino que la política y el gobierno, no están a la altura de los trabajadores que pagan sus impuestos. Yo como ciudadano simple de a pie, pienso que esa amnistía favoreció a defraudadores y corruptos, fue injusta e indignante, y creo que en Alemania o en Francia estos ministros reprobados, incluso el presidente, dimitirían de inmediato.