miércoles, 31 de octubre de 2018

El ascensor


El ascensor

Entro en el hospital y me dirijo al ascensor que me llevará a la planta cinco, estoy citado a las ocho, vaya horas y de un sábado. A un lado de la puerta del elevador un letrero con letras rojas reza: “Pulse el botón con la nariz”. Al leerlo pienso que es una broma. Mi dedo índice presiona el interruptor y la luz del mismo no se enciende, pruebo con otros dedos, con los nudillos y con los de la mano izquierda, nada no hay manera. Es ridículo, pero miro alrededor para comprobar que nadie me vea agachado y con la punta de mi nariz en el llamador, que locura, pero en ese contacto se ilumina y el montacargas en pocos segundos abre sus puertas ante mí.

En la botonera interior del cero al siete, mi dedo toca el número cinco, pero no arranca, tras varios intentos, me inclino, bajo mi cabeza y mi apéndice nasal vuelve a dar movimiento al ascensor. En la subida se detiene entre las plantas segunda y tercera. Con mi nariz oprimo la alarma y una voz en el altavoz interior dice: “relájese, puede ojear la revista que hay en la esquina, estoy en mis tres minutos de yoga, ah, y pase las hojas con la nariz”.

En la planta cinco el psiquiatra mira el reloj, su paciente lleva diez minutos de retraso.

El poeta extravagante


El poeta extravagante

Soy un poeta que desea impresionar y besar a su musa. Llevo pocos días con ella, la acaricio frente al cuadro de Las meninas. Ahora la cojo de la mano en un cruce frente al Retiro, las luces del semáforo me sugieren un arco iris o las luces de una aurora boreal y me inspiran versos románticos. Los recito para sus oídos, sus pestañas tornan a sonrisa y termino el poema con un: “Versémonos bajo el semáforo a modo de muérdago”. Y la beso con pasión ajeno al tiempo y al estruendo de los cláxones que esquivan atropellarnos, aunque alguno quizá se lo plantea.

Un taxista nos mira perplejo mientras en la radio alertan que el loco de la muñeca hinchable ha sido visto por la zona del Prado y Retiro. También nos observa extrañado el encargado de las barcas del estanque. Yo no me inmuto, siempre he sido un tipo extravagante.

martes, 30 de octubre de 2018

Insomnio


Insomnio

Harto de devorar novelas de éxito durante las noches de insomnio, vela involuntaria quizá como compensación de la naturaleza al coma que ha durado un año. Ha encontrado en su móvil archivados casos de un detective, que se anuncian como lectura personalizada para atrapar al lector. El primer caso transcurre en el ambiente nocturno en su barrio. El protagonista, el detective Zarco, en realidad le resulta familiar, al final de la primera página desliza una nota a su nuevo ayudante que leía abstraído.”Deja de leer, necesito tu colaboración, te espero en la fuente del parque”.

El insomne aburrido se pone en marcha y patea ahora las tres manzanas del distrito hasta el parque y acompaña al investigador en esta aventura. Mide las pisadas en la tierra húmeda, interroga a un taxista y en el pub irlandés ha interrumpido al cuarteto de música celta, antes ha bloqueado todas las salidas.

—Es el famoso creador del detective Zarco, sí, el escritor que llevaba tantos meses en coma, aquel disparo que recibió junto a la fuente, ha afectado a su memoria — le comenta un músico a su compañero.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Vendetta


Vendetta

Como un enjambre después de recibir la pedrada de un niño, así está ella destilando veneno y con ansia de clavar sus uñas como aguijones de avispas africanas. Él es el culpable de su furia, por destriparle el asesino misterioso cuando le quedan unas páginas para descubrirlo en el libro al que lleva enganchada tres semanas. Con la rabia en el estómago se levanta y le ofrece ese postre, que él siempre termina como un gato con su lengua rebañando el plato. Hoy ese tiramisú lleva otro ingrediente secreto muy personal.

viernes, 19 de octubre de 2018

Otoño y magia en Irati


Otoño y magia en Irati.


Selva de Irati

bosque de hayas y abetos

las pupilas sonríen

orquesta de colores

hojas de camaleón

verdes tornan caobas

cobrizos mudan ocres

policromía del otoño

susurros de hojarasca

caricias de musgo

silencios de lirones

suspiros de hadas

otoño y magia en Irati.


El arco iris repite colores


El arco iris repite colores.



El arco iris repite colores

pierden viveza, destiñen

la lluvia suelta su mano

y se aleja como hada en la bruma.



Mohíno por su ausencia

la otea en su contoneo

celoso al verla cortejada

el relámpago la deslumbra bailarín

el trueno clama dueto con su tambor 

la deseada y atractiva lluvia

prosigue sin ataduras

su levitar como el otoño sobre las hojas.



A la espera de la siguiente cita

el arco iris abrillanta sus colores

ensaya el paseo junto a ella

mostrará su sonrisa cromática

recitará un poema mientras la columpia,

el aroma de tierra mojada la delata

ahora sólo saborear momentos cómplices.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Bocadillo


Bocadillo.

Tan misteriosamente como apareció, se cierra. En la viñeta del comic emerge con intermitencia un bocadillo desde el interior de la grieta del volcán. Leo: ”Vamos entra”. La curiosidad me vence. Salto dentro. Me tropiezo con un erizo cubierto de plumas y cuello de jirafa, y un ornitorrinco con orejas de elefante que bebe del río de lava. Camino por el laberinto de este inframundo. Un fuerte estallido me hace perder el conocimiento. Recobro el sentido en el suelo y veo mis manos llenas de púas. Escucho la voz de mi madre: ”Julio deja el comic, ven a merendar, hoy tienes bocadillo de magma”.

Intoxicación


Intoxicación.

—¡Saulo, Saulo, por qué me persigues!

—Pedro detén el troncomóvil, conduzco yo, has bebido demasiado.

Chiribitas


Chiribitas

—¡Saulo, Saulo, por qué me persigues!

—Porque jugamos en equipos rivales, Marc, somos hermanos y te acabas de abrir la cabeza con el aro.

viernes, 5 de octubre de 2018

Capacidad torácica


Capacidad Torácica.

Adán y Eva degustan unas costillas, pues tenían hambre tras prohibirles comer manzanas.  Entran de espaldas voluntariamente al Edén y de sus bocas emergen trozos que forman una manzana entera perfecta que pasa de la mano de Eva a la boca de la serpiente. Ésta susurra algo al oído de Eva. Y finalmente ella se reduce y se introduce entre las costillas de Adán.

Veganofobia


Veganofobia.

—Muerde esta manzana— susurró a Eva el ofidio con voz hipnótica.

—Pues la verdad es que tengo hambre— respondió Eva mientras le arrancaba la cabeza y engullía la serpiente como si fuera un calçot.