SOS
Nunca
me había bañado en una piscina y tampoco sabía nadar. Caminaba por donde no me
cubría pero de pronto el escalón traicionero hizo que dejara de hacer pie, el
agua era más alta que yo, noté que me ahogaba. Hasta que alguien me sostuvo a
flote y en volandas me sacaron del agua. Ella me hizo el boca a boca y me salvó
la vida. Eclipsado con sus ojos turquesa tan cercanos y su sonrisa, traté de
agradecerle su hazaña. Cada día de ese verano nos citábamos en la piscina y me
enseño a nadar. Yo le recordaba los días y las horas exactas de mi nueva vida.
Al tercero me besó y al cuarto me practicó el boca a boca sin ahogamiento y sin
prisa.
El mismo
día que hacía un año de mi renacimiento comenzamos el curso de socorrismo.
Coincidiendo con el segundo aniversario nos vinimos voluntarios a las islas
griegas para ayudar a los que huían del otro lado del mar. Hoy se cumplen tres
años de mi torpeza, mi socorrista particular está con contracciones gritando
socorro acompañado de diversos tacos y yo no paro de hacerle el boca a boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario