Naufragar a costa de mecenas
Hoy es el aniversario de mi novela, la que me dio fama, mi
obra maestra, traducida a veinte idiomas. Un año después mi mente está
derretida, incapaz de escribir nada parecido. Es evidente que donde estoy
inspirada es en entornos de islas. Esa genialidad la escribí entre Tabarca y
las Cíes. El listón está tan alto que las pocas ideas con algo de luz,
naufragan y van enseguida a la papelera. A mi editor y mecenas le convencí de
que tras pasar tres semanas en una lista de islas repartidas por el mundo,
narraría otra novela de éxito. Con la pandemia sigo en Hawái, con ganas de
disfrutar de mis siguientes paradas: Zanzíbar, Groenlandia, Islandia, Madagascar,
Maldivas, Seychelles. Cuando termine mi periplo, ya inventaré algo para engatusar
a mi benefactor. Para ese menester, ni
naufrago, ni mis neuronas se derriten.
Mi aportación a los viernes creativos de El Bic Naranja. Inspirada en la imagen.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta narración de novela picaresca.
ResponderEliminarMe alegro que te guste, Alicia.
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