El anzuelo

El anzuelo

—Tampoco hoy encontré trabajo– explica él.

—Debería volver para ayudarte y animarte, mi madre ya está mejor— le propone ella de vacaciones en el apartamento familiar de la playa.

—No mujer ni hablar, no te preocupes, yo estoy bien, tu relájate allí que lo necesitas— replica él muy convincente.

Mientras termina la llamada, la entrevistadora de la multinacional sirve dos copas de champán y deja caer su vestido. Se prepara para comprobar la actividad tan sugestiva que escuchó, ésa que no figura en el currículum. Hacer de estríper es infalible. Un imán irresistible para todas. Ese anzuelo él lo manejaba como nadie.