Viajes sin retorno
Al
final del pasillo estaba la puerta de color caoba. Daba escalofríos. Olía a una
mezcla entre azufre y coliflor. La estancia prohibida y misteriosa de la enorme
casa de los abuelos, en la que vivíamos todos excepto el tío científico que
marchó a Argentina. Empecé mis vigilias nocturnas. El sueño me vencía pronto.
La tercera noche tomé un café bien cargado. A las cinco vi a mi abuela
atravesar la puerta que dejó entreabierta. Aterrado decidí colarme y mis
pupilas dilatadas divisaron un hombre con tres ojos y una ligera trompa. Reconocí
a mi tío, ahora un viajero sin retorno.
Mi relato para REC(Relatos en cadena), frase de inicio: "Al final del pasillo".
ResponderEliminarGenerosa la visión apocalíptica
ResponderEliminarGracias por pasar y comentar.
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