Escapadas
Las
mariposas despegan del cuadro que ella pintó. Arrastran su propio sol
incipiente. Surcan la habitación. Cuando se posan sobre la octogenaria la
trasportan a momentos coleccionados en sus cuadernos de viajes que no hizo, que
imaginó. Ella jamás salió de su pueblo, pero su mente viajó por cada rincón del
planeta. Hoy rebelde y despojada de su kimono de geisha, esa joven quiere
escapar: de compañías impuestas, de alas rotas, de amores contratados. Y vuela
libre como las mariposas con sus luces para escapar de tantas y tantas sombras.
Ilustración de Daniela Gallego.
Mi cuento para los viernes creativos de la página El Bic Naranja
ResponderEliminarPrecios relato, Pablo.
ResponderEliminarBellas metáforas para relatar un desenlace menos bello.