Sujetadores
Jipi
y libre, así me sentía. Sin sujetador para que mis pechos no estuvieran
oprimidos, con libertad de movimiento. Aquellos veranos ibicencos entre artesanos.
Puestas de sol cantando a Joan Báez con sonido de guitarras, alrededor de
hogueras, mezclando alcohol y hierbas. Noches de caricias y amor libre.
Recuerdos que afloran ahora en mis largas estancias en el hospital, en mis
carreras con el lazo rosa. Y sobre todo cuando me coloco este sujetador
especial.
Relato para el concurso de ascensores IASA, debía contener la frase obligada:" Libertad de movimiento".
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