El armario cómplice.
El armario donde acababa de guardar a su muñeca, también conservaba allí: el disfraz de princesa, su pintalabios, rímel y las pelucas, aquel vestido con lentejuelas, el sujetador con relleno que siempre le ayuda con su pecho liso, y otros atuendos de carnavales y de personajes de teatro interpretados los últimos años.
Hoy cuando sople esas dos llamitas, del uno y del ocho, tras el soniquete anual, pedirá que su anhelado deseo oculto tantos años sea aceptado, ése que dirá alto y claro, sorprendiendo a la familia.
Por fin libertará su verdadero yo y el armario de su hermana cómplice.
Y mañana empieza el carnaval...
Relato para radio relatos encadenados.
ResponderEliminarComo mejoras Pablo.
ResponderEliminarJusto el otro dia oi los rslatos encadenados de la SER. A ver si lo escogen.
Muchas gracias Juanjo, ojalá... pero es muy difícil, les llegan casi mil cada semana. Un abrazo
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarA ver si lo eligen!!!!
ResponderEliminarGracias Ana, nunca pierdo la esperanza.
EliminarEstá curioso la verdad.Los encadenados son históricos pero a ver.
ResponderEliminarSaludos vigorexico de la escritura.
Muy bueno "... libertará su verdadero yo..."
ResponderEliminar