EL
BICHO RARO
En
la azotea está el arsenal de bebidas tras los paneles solares. Cada noche
trapicheamos con los edificios colindantes. En el cuarto de contadores tenemos
camuflados los artículos prohibidos, que el ejército requisó a toda la población:
libros, móviles y radios. Somos unos privilegiados. Todo se lo debemos a mi vecino,
al que yo, antes del confinamiento, tildaba de raro y antisocial. Le veía como
un bicho raro. En su casa poseía un millar de volúmenes. Solidario accedió a que
fueran moneda de cambio para sobornar a los soldados que custodian nuestro
edificio. Solidario cuando al sargento, que nos quiso fusilar, le disuadió para
siempre. En su trastero pone, “Cerrado”.
Mi relato para ENTC, Entcerrado. Debía comenzar por "En" y acabar con "Cerrado", máximo de 111 palabras.
ResponderEliminar"En" este buen relato tuyo donde se trapichea y los artículos prohibidos, como los libros, evitaron el fusilamiento, me he distraído mientras te sigo leyendo en casa con el pestillo "cerrado".
ResponderEliminarJaja, ves ese te valía, muy bien, Jesús tienes que escribir, te animo a que lo hagas, te vas a divertir. Un abrazo.
EliminarMenudo bicho tu vecino!! Muy buen relato Pablo.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Sí, era raro pero efectivo, jeje. Gracias, Nani. Besicos
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