Educación
Nos
han mandado en la escuela que recojamos hojas distintas de árboles. Es una
labor sencilla porque ha empezado el otoño y el suelo del bosque está plagado
de ellas. He ido con mi abuela. Se sabe todos los nombres: Hayas, robles,
encinas, fresnos, pinos, abetos, eucaliptos, y muchos más. También me ha
hablado de plantas con propiedades en sus raíces o en sus hojas. Hemos cogido:
menta, tomillo y manzanilla. Lo que sabe mi abuela sin haber ido a la escuela.
Al volver me cuenta un secreto, que me envidia por poder estudiar para maestra
o bióloga, ella no pudo hacerlo, se quedó en curandera.
Mi ocurrencia para Relatos en Cadena, REC, de la SER. Frase de inicio: "Nos mandaron en la escuela..."
ResponderEliminarTierno y sensible. Donde se ponga una abuela ...
ResponderEliminarLas abuelas son dulzura.
EliminarVaya si sabía tu abuela. Y tú tan sano escribiendo vuestras aventuras. Y claro, sacaste buena nota. Simpático relato.
ResponderEliminarOtra de mis ocurrencias, esta sobre abuelas. Gracias, Jesús.
EliminarPor favor, qué relato tan bonito. Ese anhelo de saber y la admiración del niño por lo que le transmite alguien tan especial como su abuela. Me encanta el giro final.
ResponderEliminarGracias, Teresa. Me alegro que te guste. Me leéis con ojos amigos, no sois objetivos.
ResponderEliminarRelato sencillo y dulce y con un final inesperado pero real como la vida misma. las abuelas biólogas sabemos menos de árboles.
ResponderEliminarMás sabe la curandera.
Esta pobre curandera no pudo educarse como hubiera querido. Gracias por tus comentarios, bióloga y abuela.
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