El
desertor
Sí, soy su esposa,
contestó al oficial que le comunicó la fatal noticia del frente. Viuda y con
dos críos en tiempos de hambruna. Acabó accediendo al matrimonio con el
tullido, inútil para la guerra. Su pequeña fortuna mantuvo a los tres. De agradecimiento
pasó a tenerle cariño. Dos años después, terminada la guerra, ha aparecido al
que dieron por muerto. Ella ahora tiene dos esposos. Los cinco conviven en
armonía.
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