La
leona
Me
queda un regusto amargo en la boca. Del primero creo que es la gomina, del
segundo la crema protectora y de este tercero el sudor avinagrado y su exceso
de cerumen. Me he especializado en los que se recrean apuntando sus escopetas a
elefantes y rinocerontes. Ansían los colmillos y cuernos. Los trofeos de
cabezas para taxidermia, ahora son humanos. Esto me divierte más que las
agotadoras carreras tras los antílopes.
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