Duplicados
Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Aquel
invento me permitía asistir a varias cenas al mismo tiempo: la familiar, la de
amigos y la de empresa. Mis réplicas tan perfectas me proporcionaban el placer
de aceptar todas las invitaciones mientras yo, el auténtico, disfrutaba lejos de
una noche romántica con mi pareja en una isla paradisíaca. En la cama desconfié
de que ella fuera la genuina. Y la mañana siguiente corroboré mi sospecha, el
inventor gozaba con la original.
Microrrelato enviado a REC (Relatos en cadena) de la cadena SER. frase fija de inicio: "Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar".
ResponderEliminarCon un empiece así no me podía imaginar el nudo ni el desenlace, muy original este relato. ¡Yo te doy premio!
ResponderEliminarJajaja, muy bueno el del inventor!
ResponderEliminarAhí va uno de dobles
Con lo tarde que me acuesto y lo pronto que me levanto, me parece que un día de estos voy a encontrarme conmigo mismo en el pasillo.
No puede uno fiarse de los aparatos, hay cosas que debe hacer uno solo, aunque suene a antiguo.
ResponderEliminarMuy buen relato, Pablo
Un abrazo
Qué bueno, como me he reído. El relato es tuyo o de tu réplica.
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