SIERVA
Rosetta
consulta incrédula el mensaje del móvil, seleccionada para la final de voces no
profesionales por la mayor cadena de Tv. Al fin el sueño de cantar góspel ante
miles de personas, quizá millones, el anhelo de salir de su pequeño mundo
rutinario del barrio humilde y los cantos dominicales en la iglesia. Y dejar
atrás años en esas casas de pudientes en las que realiza las labores que sus
dueños consideran denigrantes, y sobre todo porque la tratan como si fuera una
esclava. Se dirige a esa gran final donde quiere sacar su chorro de voz y
deslumbrar al mundo, y no volver a sentirse sierva de ningún señor.
Relato para página de Facebook El bic naranja, sobre una foto
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