Vendo entradas para la cacharrería.
Un dron cabizbajo aterriza en esta
cacharrería, herido en su ego tras ser desahuciado de su hogar.
Con un murmullo lacrimógeno confiesa sentirse
inútil, hundido, como una cometa de plomo. Sufre vértigo. El hospitalario
elefante escucha atento y comprensivo, poniéndose en su metal.
Para animarle, le relata cuando él llegó aquí
abatido. La gente venía a carcajearse de un elefante en una cacharrería. Y
ahora esquiva con destreza los cachivaches, patina con acrobacias y saltos mortales. Le llaman el
elefante saltimbanqui. Es la estrella de la ciudad. Ambos sonríen. Comienzan la
nueva terapia anti-vértigo juntos.
Para El bic naranja viernes creativos. Aporté también la foto el relato era uno mío de hace tiempo
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