"El
árbitro añadió catorce minutos”, logré decir justo antes del fin de la cuenta
atrás. Respondí acertando la pregunta, como experto en deportes. Acababa de igualar.
Cortaron la grabación. Entré a la sala de descanso. Un tipo se presentó como
productor del concurso. Me ofreció las respuestas correctas. El público había
empatizado conmigo. La propuesta era tentadora, pero jamás fui un marrullero.
Me negué. En el lavabo, sin querer, escuché a mi rival conversar por el móvil
con un niño que estaba en el hospital. Me quedé pensativo. Fallé las siguientes
preguntas a propósito. Aquel premio podría salvar la vida de la voz que oí por
accidente.
Relato para REC (Relatos en cadena), para cadena SER, con frase inicial fija: "El árbitro añadió catorce minutos" logré decir...
ResponderEliminarQué difícil imaginar con esa frase un relato tan bien elaborado y con un final tan generoso. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEl final, en estos tiempos, es casi poco creíble. En fin, pero en la ficción puedo hacer lo que me viene en gana, jaja. Gracias, Alicia
EliminarPocas personas serían capaces de ser tan nobles y generosas, aunque la causa lo merezca.
ResponderEliminarUn relato original, Pablo
Un abrazo
Personas de esas quedan pocas. Gracias, un abrazo, Ángel.
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