Trasfondo
"El
árbitro añadió catorce minutos”, logré decir antes de que el individuo de mi lado enloqueciera. Por su boca comenzaron a salir improperios y amenazas, a cual más inquietante y aterradora. Parecía poseído. Transformado en una bestia irracional. Intenté calmarme, pero el energúmeno me derribó como hizo con varias personas más de alrededor. Se fue hacia el campo. Cinco de seguridad le detuvieron. El agresivo animal era, hasta aquel día, mi marido y padre modélico. Nada menos que el mejor abogado especialista en derechos humanos de la ciudad.
Relato para REC (Relatos en cadena), para cadena SER, con frase inicial fija: "El árbitro añadió catorce minutos" logré decir...
ResponderEliminarMe has recordado cuando iba al fútbol con mi marido y mis hijos. Dejé de llevar a los pequeños y yo tampoco he ido más, tengo muy malos recuerdos de los asistentes. Odio la violencia y más en esos lugares que la gente se vuelve loca. Pierden todos los valores y toda la educación, por decir algo. Muy buena apuesta.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Creo que el futbol genera mucha violencia. Ojalá eso cambie. Gracias, Nani. Besicos
EliminarUn relato muy real que refleja como el fútbol, a veces, logra despertar las más baja pasiones, da igual que seas una persona insigne, eso no garantiza nada. Buena reflexión, Pablo
ResponderEliminarAsí es, para desgracia de todos. Cada semana en las noticias aparecen bestias que dan vergüenza ajena. Gracias, Alicia
EliminarHay dos cosas que desatan pasiones excesivas: las discusiones a causa del tráfico y una afición por el deporte mal entendida. Ambos son, en realidad, desahogos de frustraciones que pueden convertirse en algo peligroso, hasta el punto de que hasta las personas más enteras pueden llegar a transformarse para peor.
ResponderEliminarBuen relato, Pablo.
Un abrazo
De acuerdo totalmente. A veces asusta ver en las noticias tanto energúmeno. Gracias, Ángel, un abrazo
Eliminar