Robin Wood
Desde
pequeño soy un virtuoso con el arco y las flechas. Fan de Robin Hood. En las
competiciones siempre he vencido al gordito, que se expresa con un vocabulario cursi
y empalagoso. Él dispara a un metro de distancia, le vale la persona entera, dice
que dispara al alma, por eso lleva los ojos vendados, así cualquiera. A mí me
encargaron, por mi puntería milimétrica, acertar en partes muy concretas del
cuerpo. Primero en la mano y un segundo impacto en el trasero, de todos los
bárbaros, que maltratan a la madre naturaleza. Entre ellos, los que graban en
madera de los árboles, o como éste que ha desfigurado la mesa del merendero,
seguro que en la de su casa no lo hace. ¡Hazte un tatuaje en tu piel con la
navaja y deja la madera en paz, hombre ya! Me apodan Robin Wood.
Foto de Ana Suarez.
Mi ocurrencia para los viernes creativos de El Bic naranja, inspirada en la foto.
ResponderEliminarHas desbaratado el mito de Cupido, me ha encantado este relato.
ResponderEliminarEste gamberro tirando por tierra a Cupido, jaja. Gracias, Alicia
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