jueves, 23 de noviembre de 2017

Negación maternal

Negación maternal.

Vuelve a pedirme que le empuje, como en aquel columpio verde bajo los robles donde simulaba a un gorrioncillo asomándose a las nubes. Como en ese trampolín cimbreante dos metros sobre el agua en la piscina del barrio, donde imitaba a su admirado delfín.

Subido ahora en el borde del balcón, me ruega que le impulse al vacío. Pruebas, huellas e Indicios apuntan que él mató a su novia aquella noche de alcohol y drogas. Hasta yo, su propia madre, atisbo dudas de su inocencia. Mientras intento persuadirlo de que desista, suena el móvil y la voz de la detective que investiga el caso me notifica su inocencia. Confesó inesperadamente el verdadero asesino. El abismo puede esperar. El empujón denegado se convierte en un fuerte achuchón. En un abrazo de alivio, envuelto en mutuas lágrimas de sosiego y alegría.

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