TEMA: EL AJEDREZ.
“Houston, tenemos un
problema”, intentaban colocar las piezas del ajedrez en la ingravidez de la
nave espacial.
Los peones se declararon
en huelga, en los Juegos Reunidos estaban sobreexplotados.
Cien días duraban ya las
tablas que casi nadie entendía, excepto las sábanas de la habitación del lujoso
hotel.
El niño sólo movía sus
caballos hacia delante y atrás. Deep Blue se rindió por primera vez.
Meses estudiando
aperturas, defensas y jaques; se fueron al traste cuando ella le hizo un
lascivo guiño de ojo.
—Mi truco ajedrecístico era
fumar y que el humo llegara a los ojos del rival.
—La abuela dijo también,
bombas fétidas.
La niña tras cuestionar varias reglas del ajedrez, creó unas nuevas para jugar con su abuela republicana.
“Entrena y ejercita los
músculos de tu cerebro”, el eslogan del taller de ajedrez triunfó, se apuntaron
mil pensionistas.
Sacrificaba varias
piezas y una vez confiado el rival, coronaba dos peones y ganaba con facilidad.
Coronaba peones como
caballos para ejecutar su conocido mate de la coz. Le apodaban el cowboy.