TEMA: LO RARO.
FINALISTA
Escribía
unos relatos tan raros que ni sus musas los entendían.
COMENTARIO
DEL JUEZ: Ocurrente el desencuentro entre el
escritor y sus propias musas.
Después
del trasplante de riñón empezó a devorar bellotas.
COMENTARIO
DEL JUEZ: En elipsis la procedencia porcina
del riñón trasplantado. Divertido.
Con 90 años comenzó la tesis doctoral, y se encontró otra
alumna con 104.
COMENTARIO
DEL JUEZ: Dos alumnos raros, sin duda. Rizando
el rizo de la edad. Curioso.
El
autista desistió de saltar al vacío, cuando su profesor le dijo que a él de
niño también le llamaban bicho raro.
A
los diez años resolvía problemas matemáticos de la EBAU, pero no sabía conjugar
un verbo.
En
su nuevo cargo de la “puerta giratoria” le pareció muy raro no cobrar las pagas extras y las dietas en
sobres.
“Mira
que eres rara, Esmeralda” le dijo Quasimodo.
Cada
vez que marcaba un gol, el delantero pedía disculpas y daba ánimos al portero
contrario.
A
los ochenta se marchó de mochilero para aprender idiomas, tras cinco años
domina diez lenguas y está en Nepal.
Me acosaban con lo de
bicho raro, con la llegada de los Pokémon ya no me dan la brasa, reflexiona el
ornitorrinco.
Ojiplático
se quedó Pluto al escuchar: “Qué perro tan raro eres”, de la boca de Goofy.
Tras
todo febrero con mínimas de 15 grados y máximas de 30, el meteorólogo afirmó
que era algo raro para ser en Burgos.
La
gente le parecía rara y se marchó a una cueva, el ermitaño se considera una
persona de lo más común.
La
actriz ganó fama siempre vestida de amarillo. El día que actuó como novia de
blanco y dijo mucha mierda, fue un fracaso.
Hamelín
tocó su flauta y le siguieron cientos de roñosos.
Año
2122, era un circo único en el mundo, actuaba un payaso con la bola roja en la
nariz.
Únicamente
veía las películas de las que le habían contado el final.
Crearon
un cine para personas que comentaban y hablaban durante la película.
“El
asesino es el mayordomo o quizás no”, gritaba en la entrada de la película
policíaca.
—Bicho
raro, no. Yo soy alguien poco corriente, sin más—, le respondió Shrek a Fiona.
Harta
de ingratitud, decidió escribir sus propias novelas bajo el pseudónimo, muy
realista, “Musa rara avis”.
Empatizaron
con el nuevo cuando el profesor les explicó las peculiaridades del autismo.
El
niño insistió que no entendía aquello tan raro de “Padre, Hijo y Espíritu
Santo”.
Tras
30 años escapando de la policía, el asesino en serie se entregó porque
raramente le pillarían.
La
comida sabía muy rara. El plan del veneno funcionó, pero quién lo había
ingerido era el doble del presidente.
Juan
era el nombre más raro en esa aldea dónde Gumersindo, Ataúlfo, Policarpo o
Heliodoro eran usuales.