viernes, 28 de febrero de 2020

Filosofía gatuna


Filosofía gatuna

Estoy preparando mi clase de mañana, soy profesor de filosofía gatuna en la universidad minina, digamos como la Harvard para los humanos. De noche dicen que todos los gatos somos pardos, ¡tururú!. De ese dicho hice mi tesis doctoral y un best seller. En las noches que no hay luna llena, (porque en ésas me transformo aleatoriamente en vampiro u hombre lobo), reflexiono y medito sobre mis clases. La de mañana basada en mi próximo libro, donde desmitifico grandes memeces de la jerga humana sobre nosotros los gatos, como lo de las siete vidas, buscar tres pies, poner el cascabel, que si con guantes no cazamos ratones, llevarse el gato al agua, o dar gato por liebre. ¡Vaya filosofía barata! la humana, en fin Serafín…



Foto de Gabriel Guerrero Caroca.

jueves, 27 de febrero de 2020

LAS PERSONAS TÓXICAS. Microrrelatos de 140 caracteres

Tema: LAS PERSONAS TÓXICAS. Microrrelatos de 140 caracteres.


El sacerdote era tan nocivo que los feligreses le apodaron “el sotanás”.

En cada reunión quería ser: el niño en el bautizo y la novia en la boda. Me aseguré de que fuese la estrella del entierro.

Sus quince personalidades tóxicas, generaron bipolaridad en el psicólogo.

Era tan pesimista y negativo, que le pagaban el sueldo las empresas de la competencia.

Los pacientes abandonan las urgencias por mis comentarios hipocondríacos. Mi hijo tiene guardias tranquilas.

Sacaba a todos de sus casillas. Incluso hizo blasfemar a Job.

Era tan nocivo que cuando le enterraron los gusanos se mantuvieron lejos.

El repartidor de pizza siempre culpaba a la tienda del retraso y de la falta de pepperoni.

La médium era tan tóxica que los espíritus la puenteaban.

Para deshacer el grupo de whatsapp de padres del colegio, sólo tuve que añadir al tóxico.

Porfiaban Maléfica y Cruela por ganar el premio a la más tóxica, pero arrasó la madrastra de Cenicienta.

Pidió confesarse diez veces al día, sabiéndose nocivo. El cura lo aceptó, pero por notas de voz del móvil.



   ¿Bicho raro? Eres pesimista, negativo y humillas a los que te rodean.

   Me gusta tu sinceridad, inmaduro pedazo de mierda.



Era tan nocivo que los amigos más duraderos se medían en horas.

El cuarto clasificado en lanzamiento de jabalina, atravesó a los tres medallistas con la suya.

El sargento humilló tanto al recluta que, el día de tiro, éste supo donde estaba su blanco.

En la final de mariposa, incluso nadando bajo el agua seguía criticando a jueces y competidores.

Visita a los familiares hospitalizados y magnifica los dolores de su arañazo imperceptible y de sus agujetas.

Le introduje al póquer, arruinó a su familia, perdió su casa. Cuando se jugó a su mujer, mi amante, le disparé.

La médium era tan tóxica que sólo era capaz de invocar espíritus de Chernóbil y Fukushima.

Espanta con su toxicidad a los clientes de la sala de espera del dentista. La clínica dental de enfrente le recompensa con jamones.

Harto de que siempre me robase mis ideas. Le dejé a la vista la carpeta “confidencial” con un proyecto ruinoso.

El jugador de ajedrez era tan nocivo que todas las casillas y las piezas blancas se convertían en negras.

El político era un trepa y muy nocivo, comenzó a recibir “fuego amigo”.

Sobrevuela con su bandeja las mesas del desayuno, todos le rehúyen como al Enola Gay.

Cuando donó sus órganos, no podían trasplantarse por sus altos niveles de toxicidad.

El operador del “teléfono de la esperanza” les retaba en tono humillante. Todos acababan suicidándose.

El cura era tan nocivo que pagaba a actores para que alegaran infidelidades de los novios antes del “sí quiero”.

Preferían esperar cola en otra caja, antes de que les tocara la cajera nociva.

Junto a los restos del Titanic, aquel “no alcanzaremos la superficie”, comenzó a inquietar a sus compañeros de inmersión.

Daba una “brasa” tan nociva que las chicas se despedían de la cita a la francesa.

Cuando se metía en el agua, las madres bañaban cerca a sus hijos. Las medusas rehuían al tóxico.


lunes, 24 de febrero de 2020

Locales de apuestas (Carta de opinión)


Locales de apuestas

Han brotado como setas cientos de locales de apuestas, con el objetivo de enganchar a cualquier ciudadano, en especial a los más jóvenes, y si son menores de edad, miel sobre hojuelas. Aquellos que padecen ludopatía caen en la ruina personal y económica, y su problema se extiende a los que les rodean. ¿Cómo no se ha controlado esta barbaridad?, ¿Por qué los Gobiernos no han actuado antes?


https://elpais.com/elpais/2020/02/23/opinion/1582481057_763470.html



viernes, 21 de febrero de 2020

¿A qué esperas?


¿A qué esperas?

Finca de desintoxicación del profesor Bat Terio. Aquí podemos ver cuatro humanos mutados y sazonados con una mezcla de saltamontes y cangrejos. Podemos encontrar curas para muy variadas taras que la idiotez de la sociedad actual está engendrando. Por ejemplo, para los enganchados a: móviles, series, realities, consolas y video juegos, influencers, selfies, instagram, youtube, y un largo etcétera. “En una semana o dos, les quito la tontuna”, asegura el profesor. De los diez psicólogos consultados, nueve de ellos (con la inestimable ayuda de jamones ibéricos de bellota) recomiendan la finca. ¿A qué esperas? Siéntete un cuasi saltamontes-cangrejo y olvida el estrés y la tecnología.

Foto de Andreas Maria Kahn.

jueves, 20 de febrero de 2020

EL APLAUSO. Microrrelatos de 140 caraceres

EL APLAUSO. Microrrelatos de 140 caracteres. Cuenta#140 El cultural


El músico callejero recibía muchos aplausos pero ninguna moneda.

Tercer local de apuestas que volaba el dinamitero. Los vecinos aplaudían. Los ludópatas apostaban para cuándo el siguiente.

“De merienda, fiambre”, bromeó el patólogo, el cadáver aplaudió y aterrados pararon la autopsia.

Mientras todos gritaban de miedo al ver a los extraterrestres, la niña aplaudiendo chilló: “E.T.”

“Me aplaudiría a mí mismo”, decía en voz alta y con cara de pena el capitán Garfio.

Todos los personajes aplaudieron al escritor, excepto el joven que murió en la segunda página camino de la orgía.

Aplaudían cada día a la camarera cuando sin anotar, les servía los diez tipos de café y desayunos distintos.

Miles de personas aclamaban a la concursante del “reality”. A la premio Nobel, le aplaudían quince.

Ovacionaron al comandante al tomar tierra. Gritaron de terror al ver que el aeropuerto estaba lleno de ovnis.

Aplaudió a rabiar hasta que se electrocutó. El mecánico de robots le prohibió ver dibujos animados.

Su novia aplaudió con sorna la explicación sobre aquel carmín y la pérdida del slip.

Las palmadas acompasadas “in crescendo” de los reclusos al alcaide, Brubaker, le arrancaron lágrimas primero y aplausos después.

 “Me he acostado con tu hermano”, dijo ella con cara compungida. “Actriz magistral cariño”, aplaudió él. Pero ella no actuaba.

Dejaron de aplaudir cuando el Joker comenzó a disparar sobre el público.

Se enfadó al ver un cartel de “aplausos”. Cada vez que lo levantaban, él silbaba. En el descanso lo expulsaron del plató del programa en directo.

El punto débil del hombre invisible era su instinto por aplaudir y entonces le atraparon.

Los aplausos al funcionario le irritaban, él necesita más pluses y menos palmaditas.

Todos aplaudían cuando la radio anunció el fin de la guerra. En su país, él añoraría a su enfermera y amor platónico.

El delantero aplaudió al árbitro, le costó la expulsión, pero a la par, su socio cobraba una fortuna de la apuesta.

Cuando los diputados del partido terminaron de aplaudir puestos en pie una idiotez, desde la grada del público, él grito: “Borregos”.

El escritor era un tirano con sus personajes, que aplaudieron cuando el hombre invisible salió del libro y le disparó.

Los alienígenas lo pensaban eliminar, pero al probar su menú aplaudieron y le montaron un restaurante en Marte.

Al abrir el cofre del tesoro, comprobó sorprendido que estaba vacío. Se irritó cuando escucho unos aplausos.

Tras cada milagro acallaba los incipientes aplausos de la multitud.

Famoso por sus aplausos efusivos y sus “bravos”, le invitaban a acudir gratis a teatros y monólogos.

La actriz debutante se quedó en blanco, el teatro de inmediato irrumpió en una enorme ovación.



martes, 18 de febrero de 2020

90-60-90


90-60-90

¡Albricias! Ha sido amor a primera vista, siempre he creído en él. Varios meses de búsqueda han merecido la pena. Desde que la vi me hizo sentir muy cómodo. Tiene las medidas perfectas. Su sencillez nórdica encaja con exactitud con mis necesidades, se adapta como un guante a mis pretensiones. Soy muy afortunado. Va a terminar con mi desorden, con este caos de soltero que tanto irrita a mi madre. Desde que la traje a casa, la llevé directa al dormitorio y ahí continuamos. Compruebo sus capacidades interiores. Eso sí,  con delicadeza, con mimo. Me recreo en su belleza, en su elegancia. Me quedo dormido mirándola, embobado. Y nada más despertar la contemplo abstraído. Observarla me lleva a recrear cada segundo de las respuestas, las sonrisas y la belleza de la dependienta de Ikea mientras me vendía esta cómoda. También la acogería con gusto en mi dormitorio, aunque no tenga los  90-60-90.

https://estanochetecuento.com/90-60-90-pablo-cavero/



lunes, 17 de febrero de 2020

Con paga y sin ella


Con paga y sin ella

Ahora ya vestido tras posar cuatro horas desnudo como modelo. Recuerda con agrado el castigo de su madre, le dejó sin paga cinco semanas, por bañarse en cueros en el río. Siempre se ha sentido cómodo sin ropa, de toda la vida. Con menos alegría y más traumático, aparece en su memoria la imagen de su novia sorprendiéndole en pelotas junto a su mejor amiga. Ahí perdió a ambas. Meses después ella le vio desnudarse, eso sí por dinero, en una despedida de soltera, más tarde en una película porno y hoy en la clase de pintura.

Filología


Filología

Ahora ya vestido, el joven trata de centrarse para dar la clase de inglés. Su alumno termina su merienda frente al videojuego con los cascos a todo volumen, que han ocultado los alaridos de su madre en la alcoba. Esto se le está yendo de las manos. Se ha corrido la voz entre las madres amigas del colegio y del yoga. Todas las señoras quieren practicar lenguas en desuso como  el griego y el francés. Tras semanas repletas de clases particulares, su novia ha comprado el “Kamasutra” y quiere probar dos posturas cada noche. Él busca afrodisíacos, con urgencia. La filología es agotadora.

viernes, 14 de febrero de 2020

EL CHOCOLATE. Microrrelatos de 140 caracteres


EL CHOCOLATE. Microrrelatos de 140 caracteres


Él le escondía el chocolate y ella el alcohol. El veterinario perplejo afirmó que el perro era diabético y alcohólico.

Los extraterrestres lo pensaban eliminar, pero cuando probaron su tarta de tres chocolates, le cogieron como repostero.

Ella prefería degustar, sin prisas y en la intimidad, las tabletas de chocolate de los jóvenes gimnastas.

Con el anuncio de una guerra, llenaron el bunker de alimentos. Más de la mitad era chocolate.

El pequeño se puso rojo cuando robó su primera chocolatina. El tendero, recordó su niñez, y cada día le regalaba una.

Las reclamaciones habían bajado y tenían un tono más suave. El nuevo funcionario les ofrecía chocolatinas.

¿Tentación una manzana? La niña cree que era tarta de chocolate lo que perdió a Eva y a Blancanieves.

Caperucita, el lobo y el leñador, degustaban el chocolate de la abuela, y los cuatro debatían sobre cuentos y bulos.

Escucho a la camarera decir que le gustaba la dulzura en los hombres. Cada día le pedía tarta de chocolate.

Al abrir el cofre del tesoro, alguien se le había adelantado y dejó unas chocolatinas doradas como compensación.

Cuando untó de chocolate sus puntos estratégicos y los cató, entendió por qué le apodaban “el maestro chocolatero”.

Su novia comenzó a esconder el chocolate. Él encontró en casa de la vecina ése y otros placeres que enganchaban.

Caronte tras descubrirse el cacao, ya no pedía monedas, prefería chocolate.

Mientras el niño merendaba chocolate, en la alcoba su madre y el profesor particular lo saboreaban en sus cuerpos.

Su anuncio lingüista del chocolate ha convertido en ninfómanas a las del curso de cocina. Él se recupera en el hospital.

Ahora les encantaba la fruta desde que su madre las bañaba con chocolate. Con las verduras no fue lo mismo.

En las bodas de Caná le pidieron que, en vez de vino, multiplicara el chocolate y los churros.

La multitud junto al lago le dio cinco panes y cinco chocolates. Los peces sin los microplásticos eran menos sabrosos.

Robin Wood


Robin Wood

Desde pequeño soy un virtuoso con el arco y las flechas. Fan de Robin Hood. En las competiciones siempre he vencido al gordito, que se expresa con un vocabulario cursi y empalagoso. Él dispara a un metro de distancia, le vale la persona entera, dice que dispara al alma, por eso lleva los ojos vendados, así cualquiera. A mí me encargaron, por mi puntería milimétrica, acertar en partes muy concretas del cuerpo. Primero en la mano y un segundo impacto en el trasero, de todos los bárbaros, que maltratan a la madre naturaleza. Entre ellos, los que graban en madera de los árboles, o como éste que ha desfigurado la mesa del merendero, seguro que en la de su casa no lo hace. ¡Hazte un tatuaje en tu piel con la navaja y deja la madera en paz, hombre ya! Me apodan Robin Wood.



Foto de Ana Suarez.

lunes, 10 de febrero de 2020

Trasfondo


Trasfondo

"El árbitro añadió catorce minutos”, logré decir antes de que el individuo de mi lado enloqueciera. Por su boca comenzaron a salir improperios y amenazas, a cual más inquietante y aterradora. Parecía poseído. Transformado en una bestia irracional. Intenté calmarme, pero el energúmeno me derribó como hizo con varias personas más de alrededor. Se fue hacia el campo. Cinco de seguridad le detuvieron. El agresivo animal era, hasta aquel día, mi marido y padre modélico. Nada menos que el mejor abogado especialista en derechos humanos de la ciudad.

Amaños

Amaños


"El árbitro añadió catorce minutos”, logré decir justo antes del fin de la cuenta atrás. Respondí acertando la pregunta, como experto en deportes. Acababa de igualar. Cortaron la grabación. Entré a la sala de descanso. Un tipo se presentó como productor del concurso. Me ofreció las respuestas correctas. El público había empatizado conmigo. La propuesta era tentadora, pero jamás fui un marrullero. Me negué. En el lavabo, sin querer, escuché a mi rival conversar por el móvil con un niño que estaba en el hospital. Me quedé pensativo. Fallé las siguientes preguntas a propósito. Aquel premio podría salvar la vida de la voz que oí por accidente.

viernes, 7 de febrero de 2020

Rebelde


Rebelde

Sus amenazas han llegado. Las que me hizo semanas atrás: “Esto no va a quedar así”. Harta de que el precio que me pagaba por mis frutas y hortalizas no me alcanzara ni para cubrir mis gastos. Decidí venderlos directamente en los mercadillos y puerta a puerta. Esta madrugada vi su silueta prender mi huerto y mi pequeño invernadero. La alargada sombra del tirano ha arruinado mis esfuerzos, me ha rebozado en el fango consumista. Como el gigante déspota aplasta a una hormiga que se rebela porque le roban su trabajo. Cuando se alejaba de las llamas ha tropezado con la azada sujeta por mis brazos vengativos, ya no explotará a más infelices.



Foto de Nicolás Bruno

jueves, 6 de febrero de 2020

EL PIJAMA microrrelatos de 140 caracteres

Tema: EL PIJAMA. Microrrelatos de 140 caracteres. El Cultural #140.


Cruzó el frente en pijama y ninguno de los bandos le disparó.

En la cena de gala del crucero, el capitán llegó a la mesa con su pijama de Bob esponja.

Los dependientes se miraban, el cliente para probar los colchones se enfundó su pijama raído y descosido.

El caco entraba en los pisos de noche y en pijama, si le sorprendían se hacía el sonámbulo.

En la fiesta de disfraces, su pijama de pantera rosa siempre motivo de burlas, le permitió pasar la noche con la modelo.

“Sentirse como en casa”, era el nuevo eslogan del supermercado, y los clientes iban a comprar en pijama.

Disfrazado de chica, accedió a la fiesta de pijamas del pabellón femenino, que siempre terminaba con todas desnudas.

Tras las miradas reiteradas de las enfermeras a los glúteos del atleta, su novia le trajo rauda el pijama.

Subido al ala delta transparente y enfundado en su pijama de Superman hizo huir a los enemigos.

“Hasta el infinito y más allá”, dijo presionando un botón de su pijama de Buzz Lightyear y saltó de la azotea.

El toldo del bajo evitó males mayores, cuando aquellos críos comprobaban sus pijamas de Spiderman y Batman.

En el seminario, como cada noche escuchó los pasos y la puerta, con su pijama de Superman saltó por el balcón.

Pidió a su madre un pijama de Mickey, tras volver del campamento. Su compañera de clase tenía uno de Minnie.

martes, 4 de febrero de 2020

Código binario


Código binario


Empezó a llorar como todos los días pares. Dedicados a tareas desagradecidas: Planchar, fregar suelos, cocinar entre humos. Quedaba en casa con el chándal raído, sin asearse, sin salir. Los días impares, reía y tarareaba de camino al mercado, saludaba al panadero y charlaba sonriente en la pescadería mientras esperaba su turno.  Odiaba los números pares. Un día decidió ir al casino y ganó en la ruleta con impar y rojo. Días después le tocó la lotería, por supuesto, con todos los dígitos impares. Por fin pudo pagar a la ingeniera robótica para anular aquel código binario. Y lloró de alegría.

Reincidente


Reincidente


Empezó a llorar cuando la claridad del alba cerraba el telón del plenilunio. Ése que le convierte contra su voluntad en una bestia, en un licántropo con hambre humana. Miradas, sonrisas, palabras y aficiones compartidas, caricias, besos y pasión. Y cada cuatro semanas el ciclo se repite. Desde el acantilado atisba la salida del círculo atroz.

Secundario


Secundario


Empezó a llorar, se sentía como todos los personajes secundarios, o de reparto. Sus hermanos eran los preferidos. Siempre quedaba relegado. Aquella noche reprodujo la maldita cicatriz en los rostros de todos sus hermanos. Quizá ahora pudiera ser protagonista.