jueves, 25 de abril de 2019

Minerva


Minerva

El nombre de mi hermana es de diosa romana, en cambio el mío de esclava. En cada fiesta ella es eje de miradas, las sonrisas la enfocan. Ella domina el baile, la conversación y hasta el humor. Yo soy su antítesis, la otra cara de la moneda. La acecho, la espío. La envidia me corroe cuando esos jóvenes apuestos la halagan, la cortejan e intentan besarla. Yo como guardiana los espanto, provoco su huida. El único que me inspira confianza es el que intenta aliviar mis migrañas destructivas, me escucha atento en nuestros encuentros, en su diván me siento una diosa.

Plagios


Plagios

—Yo no la he escrito — manifestó el escritor premiado ante decenas de micrófonos. Los periodistas allí congregados comenzaron a reír. Su carácter bromista de siempre y el título de la novela, no le ayudaban a ser creíble. Al fin mencionó a su anterior amante como autora de la misma. Ahora los reporteros investigan el origen del ovillo de tinta, que se ha enredado, desde que interrogada, ella ha confesado que plagió a su predecesora en el puesto de amante oficial del escritor, aunque la sospecha incapaz de semejante talento literario.

martes, 23 de abril de 2019

Simulacro


Simulacro
Temblamos al escuchar el redoble de los tambores. Y esa voz de mando en el silencio de la noche. Los fogonazos vuelan camino del paredón. En el suelo tirito y simulo mi muerte. Me han fusilado mal.

martes, 9 de abril de 2019

Padre previsible


Padre previsible

El nombre de mi hermana era primordial para mi familia y para mí. Primero el yate se llamó como ella, más tarde la cadena de restaurantes y al final el agua de colonia del imperio empresarial. Mi padre achacaba su inmensa fortuna en parte al nombre fetiche. Mi hermana disfrutaba de una lujosa vida. Por darle disgustos, yo quedé desheredada. Mi revancha comenzó al imaginar la palabra de acceso a la cuenta bancaria. Creció con la combinación de la caja fuerte, me resultó fácil, su fecha de nacimiento. Y culminó cuando, el dichoso Minerva, era la clave para cambiar el testamento.

jueves, 4 de abril de 2019

Paparazzi


Paparazzi

El último día de vacaciones respiraba por los hayedos, donde el musgo escapa de la polución. Sacudiendo mi estrés de becario. Ella me abordó con su sombrero cordobés, su melena rubia y su sonrisa misteriosa. Charlamos hasta la cascada. Le divertía mi ignorancia sobre las redes y la actualidad. Ella estuvo algo hermética. Sucumbió a sabores nuevos de migas y vino de pitarra. Con su efecto, me confesó que era una cantante acosada por la prensa. Me besó y me propuso irme con ella a la gira. Ya le contaré, un día de estos, que en realidad soy el paparazzi que vendió su toples.

Tentaciones


Tentaciones

El último día de vacaciones, antes de volver al centro especial donde llevaba meses recluido para superar mi adicción a los productos prohibidos, escuché aquel desafío irresistible que me hizo prisionero antaño. Todos estos días en libertad desatendí tentaciones como aquella sucursal, la joyería y el furgón sin blindaje. Pero a punto de concluir mi permiso en la puerta del museo la voz de un listillo me hizo rehén de nuevo, cuando dijo que nadie sería capaz de burlar las formidables medidas de seguridad. Era un reto al que no me pude resistir.

martes, 2 de abril de 2019

Costumbre inadmisible


Costumbre inadmisible

El último día de vacaciones abandoné la tumbona con la colchoneta de rayas amarillas y blancas, y decidí explorar el faro, casi inaccesible en la cima de las rocas. Allí el fornido lobo de costa como hipnotizado por mi aparición, deslumbrado por mis palabras gaélicas a las que ayudaba el bikini en mi mano, me creyó sirena. Soporté sus sonetos trasnochados con aliento de ajo, amainé mi furia cuando desafinó con los pajaritos y el acordeón. Y de no haber sido por comerse las gambas con cuchillo y tenedor, todavía seguiría acompañada en este faro del fin del mundo.