viernes, 30 de agosto de 2019

Micropoemas tema:RESCATE MARÍTIMO


Zombis desahuciados con futuros borrados
aletean en ruletas de mares azarosos
suspiran abrazos mansos de tierras cómplices.
Comentario del poeta: Imágenes muy originales y chocantes que consiguen trasladarnos una sensación de extrañeza en la lectura se suceden verso a verso, destacando el llamativo arranque.
RESTO DE POEMAS
Mares sedientos de almas vacías de presente

de espíritus desahuciados

desarmadas sirenas salvadoras.



Labios sordos tras bombas gritonas

miradas sin presente

de seres que sólo quieren sobrevivir.



Seres huérfanos de tierra

ansían playas amigas

para zafarse de balas funerarias.



Sirenas de chalecos sin mangas

salvan niños de sonrisas desconchadas

en mares ateos de esperanza.



Mareas de guerra arriban

lanchas de papel con seres demacrados

a puertos trileros de países insolidarios.

  

Ojos ateos de futuro

de sonrisas apátridas

anclan en malecones lacrimógenos.



Labios sordos con vicios de sobrevivencia

huyen de bombas fariseas

en barcas de juguete por mares apátridas.



Flotan en aguas sonámbulas

seres de miradas desarmadas

sueñan con playas de sonrisas apátridas.



Olas exiliadas por armas apátridas

devuelven a playas espurias

cuerpos de futuros burlados.
  


Zozobro en mares de dudas

suplico salvavidas camaradas

zarparon de soslayo mis amigos fariseos.



Me asfixio en abismos mafiosos

atrapado en las redes del inframundo

mis amigos pasan de soslayo.

  

Miradas trémulas y sonrisas tullidas

navegan entre gaviotas carnívoras

rumbo a paraísos fariseos.



Guaridas arrasadas por bombas colaterales

destierran gorriones sin alas

a mares agnósticos.



Supervivientes de hambres oxidadas

zozobran en los mares lapidarios

anhelando conjugar futuros.



Almas ateridas en lanchas escuálidas

surcan remolinos de espuma

en noches de tuétanos encharcados.
  

Corderos exiliados escapan del matadero

como búhos sin noche

imitan cigüeñas soñando sus nidos.



Malecones prohibidos para los huéspedes

viciosos de paz y supervivencia

alérgicos a las guerras.



Sirenas de aspas rojas

flotan pulmones húmedos

de náufragos sin patria.

  

A lomos de gusanos marinos

apóstatas de bombas asépticas

mendigan socorros salados.



Pupilas de bitácora

zozobran entre delfines socorristas

sueñan tierras amables con playas de sosiego.



Errantes de sonrisas descascarilladas

de miradas ateas de futuro

sueñan cantos de sirenas apátridas.



Tras vallas navajeras

y pateras encharcadas de miedos

costas de abrazos voluntarios con mantas amables.



Nado torpe, sin presente

como una tortuga con caparazón plomizo

en busca de playas sin odio.



Nado torpe por aguas trémulas

mis pies se hunden anclados en abismos de odio

me socorren sirenas vacías de prejuicios.



Aferrado a astillas destartaladas

zozobro en aguas yermas

hacia orillas ausentes.



Gargantas de salitre

susurran socorros con manos de mimo

ante el soslayo de cruceros cosmopolitas.



Zarpo de bombas destroza-hogares

por mares sedientos de zombis

en barcos de maderas lacrimógenas.

  

Seres de plomo se hunden en abismos

socorristas altruistas y apátridas

reflotan pieles ateas de humanidad.

 

Micropoemas tema: Ciudades invisibles


(FINALISTA)

Gatos callejeros ladran a ratas sin basura
deambulan espíritus de fósiles jóvenes
por calles espurias de la ciudad fantasma.

Todas las imágenes resultan sorprendentes desde su aparente sencillez, mediante versos compactos y bien recortados, que acaban contundentemente y sugieren más que dicen.


Ciudades de aire viciado de consumo
de líquenes desterrados a campiñas inocentes

de neuronas libertarias sofritas.



Ciudades de esclavos del consumo

de gargantas afónicas de ideales

que ya no aúllan libertad.



Pululan personas transparentes

con almas de cristal perenne

por ciudades de amores fósiles.


No hay gallos que anuncien el alba

sólo buitres de cloaca y neón

en las ciudades sin raíces de mandrágora.



Buitres cazarecompensas

ansían carroñas

en la ciudad de las mariposas invisibles.



En la ciudad de los vencejos violinistas

palpitan esqueletos de cristal crujiente

y mariposas de alas invisibles.



Ciudades sin murallas de alelí

sin castillos de risas fantasmales

sin catedrales de espinas de algodón.

  

Drones varean olivos esculpidos de terciopelo

tripulados por momias de dinosaurios

en las plazas los zombis susurran salmos apocalípticos.


Tejados jubilados con gárgolas sin bocas

añoran pérgolas de cal viva

y amores desteñidos bajo techos de azafrán.



Ciudades de ornitorrincos incoloros

de transparentes gaviotas trémulas

de paseantes osamentas sonámbulas.



Ciudad anacoreta de risa oxidada

de nombre y corazón yermo

invisible a peregrinos abstractos. 



Ciudades etéreas de calles infinitas

nombres apócrifos

y amores tangenciales. 



Calles del inframundo

en el mapa de un agujero negro

sin mariposas, sólo gusanos.



Balcones esculpidos sobre fachadas de cal muerta

risas fosilizadas en plazas criogenizadas

habitan el inframundo.



Ciudades de relámpagos invisibles

de libélulas jurásicas

donde la penumbra amamanta zodíacos.



Ciudades pretéritas

donde el poeta ya no versa

mas que profecías catastrofistas.



Apestosa tumba nuclear

antípoda de El dorado

mercado bullicioso de antaño.



Muros de pizarra testigos mudos

de venta de bueyes y mulas

ahora maquillada de malas hierbas y telarañas.



Pueblos de campos sin arar

de botijos desconchados

ecos de cigüeñas que no regresarán.
  


Pueblos virtuales

sin moscas que espantar

sin trompetas de gallos al alba.



Ciudades de calles sin niños

de bunkers mudos sin alma

de francotiradores sin razones.



Tiembla la ciudad de miedos desteñidos

bajo bastardas bombas bulímicas

en el vértigo atronador del bunker.



La ciudad naufragó en isla

las sirenas migraron a lomos de cigüeñas

la maleza dinosaúrica domina el asfalto.
  


Ciudades inventadas por Ítalo Calvino

viajadas por Marco Polo

reposan invisibles en libros traspapelados.



Corazones de balcones tapiados

habitan moradas de frío cóncavo

en ciudades de almas convexas.



Ciudad de ángulos obtusos

de aleatorios amores tangenciales

 tus almas hipotenusas migraron al infinito.



Higueras transparentes de uvas hipotéticas

pueblan las huertas utópicas

en la ciudad de fantasmas traslúcidos. 
  

Poetas versan ciudades esdrújulas

en páginas etéreas de pétalos cómplices

sobre zíngaras libélulas románticas.



Ciudades de soledades subjuntivas

donde poetas invisibles

en vano riman hipérboles y metáforas.



Naufrago solitario por avenidas desérticas

me siento un hombre paleolítico

en medio de la selva de asfalto.



Espejea único el eco de mis huellas

en una soledad árida de plazas sin palomas

de recónditas almas ausentes. 

  

Cristales aúllan compañía

el cemento suplica pisoteos

la ciudad ha muerto ebria.



Zarpó la ciudad a la caza de quimeras

tú y yo, libres náufragos

sedientos de pieles de lujuria.

 

Micropoemas tema: Huir del verano

(FINALISTA Y CASI GANADOR)
Los bosques huyen
de lenguas de fuego forajidas
como oasis de pulmones oxidados.
La singularidad de los dos versos últimos se genera en el sencillo y sugerente comienzo.
Desde esa huida inicial nos vamos acercando a esas “lenguas de fuego forajidas” del lenguaje que huye, de la propia expresión poética que escapa de un tiempo sin respiración, como vemos en la magnífica imagen final, corpórea y elocuente. 
(FINALISTA)
Despierta el pirómano
tose la cigarra
la savia muta en lava.
Contención expresiva para un poema con estructura y potencia de cerilla verbal. Bueno.

Toallas de calima y veranos disecados
flotan en el desván del olvido
mi corazón habita en glaciares.
Las imágenes resultan originales y el punto de giro final nos adentra en otra realidad.

El Pingüino sueña con soles caribeños
veranos en dunas de fragua
piel regada en aguas termales.
Sólo el comienzo ya es un poema con autonomía lírica y distanciamiento irónico que funciona bien. El resto de imágenes abrigan la sensación inicial con sobriedad elegante.
RESTO DE POEMAS
Galvana de huesos se arrastran
en siestas de canícula
anhelando el otoño.

La piel de cangrejo bárbaro 
grita auxilio al iceberg
lúpulos hielan gargantas.

Espetos playeros
sueñan ser musgo
en la umbría del hayedo.

El verano hiberna
en el desván del glaciar
cómo la lagartija sin escamas.

El verano sueña zambullidas
en lagos de icebergs
enamorado del invierno.
Senderos bajo solanas desérticas
se zambullen en sombras de umbría
de hayedos arco iris.
El lagarto se reboza
en dunas de barbacoa
sorbe helado de lava efervescente.
Llené de mar mi botijo
para ahogar mi sed de verano
en tierra de secarrales.
El grillo estornuda
la cigarra tirita témpanos
viaja el estio por las antípodas.
Botijos gandules
bajo la canícula caníbal
y pieles de tabasco.
Botijos de musgo
solana de siestas
tras encaladas paredes.
Bailes de tabasco
en fiestas de secano
noches de amores perseidos.

Bailes de tabasco
en acantilados de coral
adolescentes amores perseidos.
Buceo entre arrecifes de sirenas
donde perseida mía perdiste
tu chancla de cristal.
 
Bajo mi sombrilla canicular
sueño umbrías en hayedos
y veranos de sandías glaciares.
Siestas gandules
bajo mi parasol canicular
añorando amores veraniegos
Bajo mi bufanda de carámbanos
anhelo paladear helados
en tu boca de vainilla.
En el invierno austral envidioso
añoro tus besos de lúpulo
en nuestra hamaca de coral.
Carrusel de estaciones
esquivo tu calima caníbal
cabalgo gaucho al invierno austral.

Veranos de viajes oxidados
de iguanas sudorosas bajo sombrillas
álbum de botijos octogenarios.

Eras de trillas y botijos lagartos
mulas con sombreros de paja
mis veranos pueblerinos.

Veranos vintage de pueblo
con arroyos de secano cual playas
tinajas a modo de piscinas.
Campanas anuncian fuego
siestas en rastrojos sudorosos
tras el segar de hoces.
Álbum de veranos disecados
recordados con biznietos
desde el otoño de garrota.

Víscera de volcán
aire de meteorito bermellón
sólo quedan cenizas de verano.
Arden enamoradas perseidas de verano
en las playas de la luna
que no llegue el alba.

Descabalgo al estío
de mi tiovivo estacional
mi alma ya no quiere sudar.
Frailecillo de balsalto
hibernas entre fuego y hielo
surfeas estíos a lomos de icebergs.