viernes, 31 de enero de 2020

Quimera


Quimera


Asomado a los periscopios de Hades

en erráticos acantilados

como un vampiro traslúcido

desea sumirse en toboganes opacos

imantado por dulzainas de ninfas

en aquelarres de pasiones apócrifas

atrapado por la entelequia

de un feliz inframundo.




Foto de Gabriel Guerrero Caroca.

jueves, 30 de enero de 2020

LA GRAFOMANÍA. Microrrelatos de 140 caracteres


LA GRAFOMANÍA. Microrrelatos de 140 caracteres.

Pablo, el apóstol con grafomanía. Se carteó con todos los pueblos. Pionero del mailing y buzoneo.

Nunca pasa de las primeras citas. Se empeña en escribir palabras románticas, en vez de susurrarlas mirando a los ojos.

Escribía versos mientras hacía el amor. Se quedó sin tinta y terminó ese poema con sangre manuscrita sobre la sábana.

Llenaba de notas al margen, apostillando los matices de cada pregunta en los exámenes tipo test.

Escribía el capítulo final y sólo le quedaba el rotulador blanco. En la bandeja del horno narró el desenlace.

No quiso anestesia, deseaba escribir las sensaciones durante la operación. No quiso desaprovechar la ocasión.

Él mantiene que sus mil y una palabras valen más que una imagen.

Anoche suplió a su amigo grafitero. Hoy todas las fachadas y aceras del barrio están escritas de canciones.

Su madre le compró cajas de folios, harta de limpiar paredes y sábanas llenas de tinta de rotulador.

Cuando no se le ocurría qué escribir, copiaba la biblia en verso.

Transcribe todo el sorteo de la lotería de navidad. Luego narra en una novela lo que haría si le tocase el gordo.

Su madre le regaló un diario, que rellenó en tres días. Quince días después la caja de folios estaba tiritando y la madre también.

Cada mes publica una novela, dos obras de teatro, y cien poemarios. Sus “negros” en la sombra, son muy prolíficos.

Durante la bajamar inundaba la playa con su caligrafía barroca. Tomaba una foto desde el faro y vuelta a empezar.

Entra al cine con diez cuadernos, cinco bolígrafos y una linterna, anota cada palabra y cada detalle. En el metro la crítica.

Se expresaba a través de su pizarra. Prefería pasar por mudo, antes que encasquillarse con su tartamudez.

Su CV constaba de cincuenta páginas. Esa grafomanía no le ayudaba a encontrar trabajo.

Cuando despertó, las musas seguían compartiendo piso con él.

Para sus reclamaciones necesitaba diez hojas. Los hoteles y restaurantes, le declararon persona “non grata”.

Su editor le pidió un relato de mil palabras. Escribió una novela de más de mil  páginas.

En una semana el náufrago ha dejado todas las palmeras de la isla sin hojas, sobre ellas escribe su diario.

Le preguntaron: “¿Por qué no escribía antes?”, y Saulo contestó que sobre el caballo era muy complicado.

Tiza en mano, dio su discurso llenando cien pizarras. Hablar en público le daba pavor.

Harto de que le borraran sus escritos a lápiz, utilizó un bolígrafo, sin saber que esa tinta novedosa podía ser borrada.


Compra compulsiva


Compra compulsiva


En la puerta de Mercadona, escuché a dos octogenarios con acento de pueblo.

—Hoy voy a hacer más paradas que un entierro de primera.

—Mientras no seas el que va en la caja, le respondió el otro.

Compré medio kilo de jamón ibérico y un whisky caro. Celebré seguir vivo.

viernes, 24 de enero de 2020

Desmadejar


Desmadejar

Dado que era la hora de las pastillas, la de “No-independizado” y la de “noteculpesfuerontuspadresquetemaleducaron”, y no aparecía. Extrañada y preocupada, como cualquier madre responsable al uso,  marqué su móvil. Me contestó el encargado del taller de pintura, ese del portal de al lado, que me contó algo de unos enredos y de lo complicado de explicarme aquella situación y más por teléfono. A los tres minutos me presenté en la nave. Y tras poner a caldo y amenazar con denuncia al tipejo sacacuartos, por dejar pasar a mi hijo sin autorización paterna, siendo de obligado cumplimiento para los que viven con los padres, aunque rebasen de largo la treintena. Me acerqué a la madeja de extremidades y reconocí su mar de pecas y un par de lunares. Con mi destreza de costurera casi profesional, desenredé a mi Santiaguito.

¡Aaaay, calamidades! Ni siquiera sabéis posar para una bacanal, le dije a mi guaje, mientras le sacaba de la oreja.



Fotografía de Hans Breder.

jueves, 23 de enero de 2020

LA ORILLA. Microrrelatos de 140 caracteres


Tema: LA ORILLA.  Microrrelatos de 140 caracteres


Como cada año esta tortuga va a poner sus huevos a la orilla del mar. Esta vez ha engendrado una burbuja de plástico.

A la orilla del mar colocó en su oído la caracola. “Escucha como rugen las olas”, dijo, al instante el tsunami los engulló.

En la orilla del río el martín pescador acechaba al pececillo, al sacarlo en su pico la garra del azor le sorprendió.

Como faltaba a la escuela, la maestra decidió dar la clase en la orilla del río. Tom Sawyer les enseño a pescar.

Llora a la orilla de la luna, cada plenilunio le convierte contra su voluntad en un licántropo hambriento.

Extravío (otra versión)


Extravío

Le llevaron al camerino, allí estaban los zapatos enormes, la peluca naranja y los pantalones amarillos con tirantes. Él tocó cada prenda, las miró, las olisqueó. No emitió ningún sonido, ningún gesto. Cuando acercó aquel objeto rojo a su cara, parecía llevarlo a su nariz, pero intentó morderlo como si fuera una cereza. Le bajaron a ver el espectáculo. Tras varios números en las tres pistas, su mirada seguía perdida. Cuando salieron los payasos el niño sentado a su lado soltó una risa muy ruidosa y entonces él dijo:”La risas, sí me acuerdo, yo era payaso”.

Foto de Alejandro Iglesia

martes, 21 de enero de 2020

Monumento sobrecogedor


Monumento sobrecogedor

Los zapatos vacíos en una larga hilera, al borde del Danubio, aparcados, a la espera de que sus dueños salgan del chapuzón en el río. La guía narró cómo les sacaban del gueto, les obligaban a descalzarse, atados en parejas, disparaban a uno de ellos, arrojándoles al agua. Un escalofrío me paralizó. Un silencio de miradas perdidas nos invadió. Las botas de la guerra de mi abuelo vinieron a mi mente, y repetí a la guía mi promesa de que jamás dispararía ni mataría a ninguna persona, ni siquiera por causas justificadas. La misma que hice al salir de la cárcel.

jueves, 16 de enero de 2020

LA AMISTAD microrrelatos de 140 caracteres

Tema: LA AMISTAD.  Microrrelatos de 140 caracteres

Cuando Judas escuchó: “Un amigo es un tesoro”, la avaricia le pudo.

La biblia y sus fake news, como iba a negar tres veces a mi amigo, pero si yo iba cogorza perdido. Firmado: Pedro.

Para fiarse de los amigos. Uno me delató por 30 monedas y otro negó conocerme tres veces.

Repite otra vez: “Elemental querido Watson” y partimos peras.

Amigo Sánchez con Iglesias hemos topado.

Cuando en paro suplicaba trabajo, no le pagaban ni una caña. Al ganar la lotería todos le decían: “Amigo, págate un pelotazo”.

El personaje tomó vida propia y le dijo al guionista que su amigo fue el traidor y no él. Pasó a protagonista y disparó al escritor.

Busqué desesperado otro Manolo, por aquello de: “Amigos para siempre…”

El negocio familiar iba mal. No pudo invitarles a helado. A la semana sólo uno de los cinco amigos seguía a su lado.

Amigos desde la guardería. Ella tonteó con ambos y los enemistó de por vida. La despechada compañera infantil tomó venganza.

Compañeros de trabajo y amigos. Cuando surgió un ascenso sólo para uno de los dos, aparecieron las puñaladas traperas.

Amigos y pareja en el mus, el mejor rechazó otro compañero con el que aseguraban ganaría el campeonato nacional.

Compartió el premio de la primitiva que jugaban años a medias, aunque su amigo no le pagaba desde que le despidieron.



—Pedro y Pablo qué gran amistad.

—Cosas de política.

—No, los Picapiedra.


LA CLARIVIDENCIA Microrrelatos de 140 caracteres


Tema: LA CLARIVIDENCIA.  Microrrelatos de 140 caracteres

La adivina y posadera le dijo que guardara el premio bajo el colchón. Al despertar el dinero no estaba y la vidente tampoco.

Cuando en el nuevo capítulo de los Simpson, un meteorito exterminaba la tierra. Se mudó a un hotel de lujo.

Cuando vio a Lisa Simpson otorgar el primer Nobel de microrrelato, ella se puso a escribir minicuentos.

Visité  como una musa inspiradora a Leonardo, Galileo y Julio Verne. A Nostradamus se le fue la pinza.

Los agricultores consultaron todas las siembras al abuelo Aquilino. El terrateniente perdió las cosechas.

La pitonisa acertaba enfermedades pasadas y presentes. Sus clientes desconocían sus habilidades informáticas.

lunes, 13 de enero de 2020

Extravío


Extravío

Le obligaron a sentarse en el sofá, junto a sus zapatos enormes, la peluca naranja y los pantalones amarillos con tirantes. Él tocó cada prenda, las miró, las olisqueó. No emitió ningún sonido, ningún gesto. Cuando acercó aquel objeto rojo a su cara, parecía llevarlo a su nariz, pero intentó morderlo, y la decepción llenó los rostros de los allí reunidos, menos el del niño que soltó una risa, y entonces él dijo:”La risas, sí me acuerdo, yo era payaso”.

Carambolas


Carambolas

Le obligaron a sentarse en el sofá, junto a sus zapatos. Le dejaron un bidón de agua junto a unas piezas de fruta. Aquel habitáculo era reducido. Sus secuestradores le abandonaban hasta el día siguiente. Hubo un fatal accidente de tráfico y murieron ambos captores. Un pastor días después oyó los golpes de zapatos.

viernes, 10 de enero de 2020

En mis carnes


En mis carnes

No es para tanto, me duele un “poquillo”, luego se me pasa. Desde mi concienciación e implicación por el medio ambiente y el planeta, me veo de esta guisa. La tala de la Amazonía me está desmembrando, y los incendios en Australia también me ha pasado factura. Con los inicios bélicos en Irán, mi cabeza va a estallar. En qué hora se me ocurrió acudir a la manifestación por el planeta.



Foto de Tyuirin Andrey


jueves, 9 de enero de 2020

Una historia por contar


Una historia por contar

Cogió el primer tren. Se sentó junto a una joven con la mirada perdida. En frente se acomodaba un chico con una cicatriz bajo su flequillo. Detrás unos tipos extraños hablaban de un pacto que les liberaría a ambos y de coartadas perfectas, callaron cuando cruzó un señor con un bigote atípico y que hablaba con acento belga. Del vagón contiguo se oían una bocina y unos gritos: “más madera”. Su joven compañera de asiento le dijo que esos personajes y sus historias ya habían sido contadas, pero la suya aún no, y comenzó a relatársela. Cuando terminó de escucharla supo que esta Navidad sería distinto.

Navidad diferente


Navidad diferente

Había pedido a los Reyes que le devolvieran a su papá. Dejó junto al belén los patines, la videoconsola y la equipación de su equipo favorito. Devolvía los regalos de los últimos años. Todo para que su padre abandonase esa cama del hospital y saliera de ese sueño tan largo. Seis meses y veinte días sin jugar juntos, de sonrisas que huyeron. Una navidad sin villancicos, sin luces. Sabe que los magos no le fallarán.


Rescate inesperado


Rescate inesperado

Había pedido a los Reyes que le devolvieran a su papá. Cuando descubrió quien le retenía, se presentó con su hucha en la mano ante el jefe de los narcos, éste recordó su cerdito de barro y les escoltaron a ambos de regreso a su casa.

Clases de regalos


Clases de regalos

Había pedido a los Reyes que le devolvieran a su papá. Este año no quería ninguna muñeca, ni chocolatinas, ni nada material para ella. Escribió la carta con su mejor caligrafía, la metió en un sobre de color verde. Todos piensan que ya no despertará, casi un año ya en coma, pero ella cree en la magia. Sabe que volverán a jugar y que él le escribirá más cuentos. Hoy va al hospital con la cara iluminada de la mano de su madre. Hoy tendrá el mejor regalo.

jueves, 2 de enero de 2020

Duplicados


Duplicados


Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Aquel invento me permitía asistir a varias cenas al mismo tiempo: la familiar, la de amigos y la de empresa. Mis réplicas tan perfectas me proporcionaban el placer de aceptar todas las invitaciones mientras yo, el auténtico, disfrutaba lejos de una noche romántica con mi pareja en una isla paradisíaca. En la cama desconfié de que ella fuera la genuina. Y la mañana siguiente corroboré mi sospecha, el inventor gozaba con la original.

Seísmos y réplicas


Seísmos y réplicas


Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Yo era como de la familia. Me fui hacia ella y la besé en la boca con pasión. Les informé que además de mi mejor amiga, era mi pareja y amante. Su madre asentía con una sonrisa. Sin embargo su padre se puso pálido y acabó desplomado. Afortunadamente le reanimamos. Tras ese terremoto emocional, y cuando todos brindaban por nosotras, sonó el timbre. Su abuelo abrió raudo y presentó a aquella joven mulata como el amor de su vida. El padre acabó infartado, pero en el hospital superó la réplica. En urgencias reunida la familia ampliada, tomamos las uvas.

Cambios alimenticios


Cambios alimenticios


Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. La carne asada ya no tardaría. Me extrañé al ver que faltaba aquel joven de los tatuajes, me contaron que se había marchado con el grupo de náufragos del lado sur de la isla. Desconocían que yo me había desviado de mi ruta hacia aquí y venía precisamente de allí. En ese momento no comprendía el por qué de esa mentira, hasta que al llevarme a la boca mi trozo de carne asada aprecié en él parte de un dibujo, como el de un tatuaje.

Desapego


Desapego


Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Les di el beso de rigor. El abuelo me llamaba a ratos hija y a ratos nuera. La abuela sorda como una tapia y quedándose ciega por momentos. A mitad de las gachas lloré de pena por los ancianos, lloré de añoranza por no tener abuelos de verdad y lloré de rabia por aceptar dinero de los familiares haciéndome pasar por la nieta perfecta.