lunes, 10 de diciembre de 2018

Silla de ruedas


Silla de ruedas

Lo sé, soy un nostálgico empedernido. La silla de ruedas es recurrente en mi vida. Primero paseaba a mi abuelo en el asilo, luego entrené aquel equipo de baloncesto en silla de ruedas y años después me rompí las dos piernas y fue mi compañera inseparable tres meses. La morriña me ha ganado. He sustraído una en urgencias. Y ahora recorro las residencias con el certificado, falso por supuesto, de ser parapléjico. Por el día organizo carreras de sillas y por las noches ajusto cuentas con profesores, entrevistadores y jefes. Todos los que me humillaron. Mi coartada nocturna es perfecta. ¿Por qué no me prejubilarían antes?

martes, 4 de diciembre de 2018

Lobbies feroces


Lobbies feroces

Intuyo que los científicos irán desapareciendo como una especie en peligro de extinción, como un ornitorrinco en el desierto. Amenazados por los escasos recursos para subsistir y por los auténticos lobos para el hombre: los “lobbies” feroces. Cazadores de cualquier lince que invente una energía libre o fármaco gratuito. ¿Pero a qué oveja, por muy erudita que sea, se le ocurre una panacea universal de balde? Esos descubrimientos quedarán patentados en un agujero negro, nunca verán la luz, como los míos. Ahora busco hallazgos militares, los lobos inventan guerras.