Debilidad.
Deberías ver las
rozaduras de mis talones. Tres semanas llevo con apósitos. Cada mañana arrastro
las huellas físicas de mis caprichosos sueños: Esclavo africano empeñado en
fugarse de esas plantaciones de algodón. Preso con grilletes y argollas picando
piedra. Fantasma arrastrando pesadas cadenas. Y el más recurrente, mi
debilidad, guerrero y héroe mitológico en Troya acribillado por una flecha, donde
si no… en el talón. Espero que mis episodios oníricos no acudan a personajes
pasados por la horca o la guillotina. O casi peor… eunucos.
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