lunes, 5 de noviembre de 2018

Tiburón


Tiburón

Era lo único que podíamos hacer por él, dadas las circunstancias. Todo empezó durante la campaña electoral cuando en el mercado de abastos estrechó la mano de la pescadera, apodada “La Meiga”. Ella, con voz de sirena saliendo de una caracola, le dijo al oído:” Por la boca muere el pez”. Desde ese momento respiraba mejor bajo el agua, en su espalda brotaba una incipiente aleta y emergieron escamas en su piel. Metía la gamba en cada discurso y en los debates balbuceaba un diálogo de besugos. Al fin le llevamos al zoo cuando sus afilados dientes se multiplicaron y allí en el tanque nada entre tiburones.

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