sábado, 12 de septiembre de 2020

Gallinas rarunas

 Gallinas rarunas

Aquella sanadora y meiga me vendió tres gallinas muy particulares, yo creí que me estaba vacilando cuando me explicó que eran muy fértiles en su sonambulismo. Yo la tachaba de loca. También tenían otras excentricidades, necesitan una habitación tanto para la noche como para la siesta. Las alojé en la que fue alcoba de mi abuela, y esa primera mañana encontré el viejo somier lleno de huevos. Así que desde entonces no puedo negarles sus caprichos, que van aumentando.



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