Tierra de momias
El
Nilo me hizo despertar de mi letargo de momia, renacer de nuevo a la vida, retomar
el timón de mi existencia. Esa noche surcando las aguas mansas rodeadas de
templos y pirámides, cargadas de historias de faraones y esclavos. El cocodrilo
mordió las ataduras de mi sumisión, esas amarras que controlaban mi móvil, mis
faldas y el carmín. Las que me cegaban a las evidentes vejaciones disfrazadas
bajo el telón del amor. Las que justificaban los golpes, convenciéndome a mí
misma de que serían merecidos. Me adapté a subsistir en una atmósfera donde el
maltrato era el oxígeno y la humillación era el aliento habitual bajo su tufo a
alcohol. Esa embriaguez intentó arrojarme al río. La oscuridad o quizá el
espíritu de Nefertiti o de alguna esclava, le hicieron tropezar y caer a él. Por
suerte aquel reptil del Nilo me liberó del yugo que me mantenía momificada, y
amanecí a ser yo misma.
Mi propuesta para la página ENTC (Esta noche te cuento), el tema era paisajes y escenarios.
ResponderEliminarBuen comienzo de año liberándose de ataduras. Bravo Pablo!!
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