lunes, 17 de enero de 2022

LO RARO. Microrrelatos de 140 caracteres.

TEMA: LO RARO.

 

FINALISTA

Escribía unos relatos tan raros que ni sus musas los entendían.

 

COMENTARIO DEL JUEZ: Ocurrente el desencuentro entre el escritor y sus propias musas. 

 

Después del trasplante de riñón empezó a devorar bellotas.

 

COMENTARIO DEL JUEZ: En elipsis la procedencia porcina del riñón trasplantado. Divertido.

 

Con 90 años comenzó la tesis doctoral, y se encontró otra alumna con 104.

 

COMENTARIO DEL JUEZ: Dos alumnos raros, sin duda. Rizando el rizo de la edad. Curioso.

 

 

El autista desistió de saltar al vacío, cuando su profesor le dijo que a él de niño también le llamaban bicho raro.

 

A los diez años resolvía problemas matemáticos de la EBAU, pero no sabía conjugar un verbo.

 

En su nuevo cargo de la “puerta giratoria” le pareció muy raro  no cobrar las pagas extras y las dietas en sobres.  

 

“Mira que eres rara, Esmeralda” le dijo Quasimodo.

 

Cada vez que marcaba un gol, el delantero pedía disculpas y daba ánimos al portero contrario.

 

A los ochenta se marchó de mochilero para aprender idiomas, tras cinco años domina diez lenguas y está en Nepal.

 

Me acosaban con lo de bicho raro, con la llegada de los Pokémon ya no me dan la brasa, reflexiona el ornitorrinco. 

 

Ojiplático se quedó Pluto al escuchar: “Qué perro tan raro eres”, de la boca de Goofy.

 

Tras todo febrero con mínimas de 15 grados y máximas de 30, el meteorólogo afirmó que era algo raro para ser en Burgos.

 

La gente le parecía rara y se marchó a una cueva, el ermitaño se considera una persona de lo más común.

 

La actriz ganó fama siempre vestida de amarillo. El día que actuó como novia de blanco y dijo mucha mierda, fue un fracaso.

 

Hamelín tocó su flauta y le siguieron cientos de roñosos.

 

Año 2122, era un circo único en el mundo, actuaba un payaso con la bola roja en la nariz.

 

Únicamente veía las películas de las que le habían contado el final.

 

Crearon un cine para personas que comentaban y hablaban durante la película.  

 

“El asesino es el mayordomo o quizás no”, gritaba en la entrada de la película policíaca.

 

—Bicho raro, no. Yo soy alguien poco corriente, sin más—, le respondió Shrek a Fiona.

 

Harta de ingratitud, decidió escribir sus propias novelas bajo el pseudónimo, muy realista, “Musa rara avis”.

 

Empatizaron con el nuevo cuando el profesor les explicó las peculiaridades del autismo.

 

El niño insistió que no entendía aquello tan raro de “Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

 

Tras 30 años escapando de la policía, el asesino en serie se entregó porque raramente le pillarían.

 

La comida sabía muy rara. El plan del veneno funcionó, pero quién lo había ingerido era el doble del presidente.

 

Juan era el nombre más raro en esa aldea dónde Gumersindo, Ataúlfo, Policarpo o Heliodoro eran usuales.     




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