jueves, 21 de diciembre de 2017

Vástago

Vástago.

Su padre también le dejaba conducir la furgoneta, le adiestró sin edad para ello, como a disparar con la escopeta de caza, a beber aquella cazalla hasta perder el sentido, y a frecuentar el burdel. En el polo opuesto, su madre aborrecía la mala educación y las ilegalidades. Cierto día acudió rauda tras la llamada desesperada de su futura nuera. Su hijo, cual bestia irracional, golpeaba y amenazaba de muerte a su pareja con esa extremada violencia, tan familiar para ella. El rifle abortó de cuajo la barbarie.

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