miércoles, 26 de septiembre de 2018

Rápel


Rápel.

Acercándose un poquito más al borde del barranco donde se esconde la guarida del individuo más buscado, al que ha seguido la pista durante semanas. Asegura el anclaje y los mosquetones, lanza la cuerda y se desliza por aquella pared de roca tan abrupta. Colgado divisa veinte metros más abajo la entrada a una cueva. Arriba una silueta familiar le tapa el sol en la vertical, justo donde ha fijado la cuerda. Es su tío el fugitivo. A esa sombra le fascina contemplar el descenso vertiginoso, la caída libre de los que le persiguen, y en un instante su sobrino, famoso cazador de recompensas, queda a expensas de la gravedad.

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