miércoles, 31 de octubre de 2018

El poeta extravagante


El poeta extravagante

Soy un poeta que desea impresionar y besar a su musa. Llevo pocos días con ella, la acaricio frente al cuadro de Las meninas. Ahora la cojo de la mano en un cruce frente al Retiro, las luces del semáforo me sugieren un arco iris o las luces de una aurora boreal y me inspiran versos románticos. Los recito para sus oídos, sus pestañas tornan a sonrisa y termino el poema con un: “Versémonos bajo el semáforo a modo de muérdago”. Y la beso con pasión ajeno al tiempo y al estruendo de los cláxones que esquivan atropellarnos, aunque alguno quizá se lo plantea.

Un taxista nos mira perplejo mientras en la radio alertan que el loco de la muñeca hinchable ha sido visto por la zona del Prado y Retiro. También nos observa extrañado el encargado de las barcas del estanque. Yo no me inmuto, siempre he sido un tipo extravagante.

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