viernes, 30 de agosto de 2019

Micropoemas tema: Ciudades invisibles


(FINALISTA)

Gatos callejeros ladran a ratas sin basura
deambulan espíritus de fósiles jóvenes
por calles espurias de la ciudad fantasma.

Todas las imágenes resultan sorprendentes desde su aparente sencillez, mediante versos compactos y bien recortados, que acaban contundentemente y sugieren más que dicen.


Ciudades de aire viciado de consumo
de líquenes desterrados a campiñas inocentes

de neuronas libertarias sofritas.



Ciudades de esclavos del consumo

de gargantas afónicas de ideales

que ya no aúllan libertad.



Pululan personas transparentes

con almas de cristal perenne

por ciudades de amores fósiles.


No hay gallos que anuncien el alba

sólo buitres de cloaca y neón

en las ciudades sin raíces de mandrágora.



Buitres cazarecompensas

ansían carroñas

en la ciudad de las mariposas invisibles.



En la ciudad de los vencejos violinistas

palpitan esqueletos de cristal crujiente

y mariposas de alas invisibles.



Ciudades sin murallas de alelí

sin castillos de risas fantasmales

sin catedrales de espinas de algodón.

  

Drones varean olivos esculpidos de terciopelo

tripulados por momias de dinosaurios

en las plazas los zombis susurran salmos apocalípticos.


Tejados jubilados con gárgolas sin bocas

añoran pérgolas de cal viva

y amores desteñidos bajo techos de azafrán.



Ciudades de ornitorrincos incoloros

de transparentes gaviotas trémulas

de paseantes osamentas sonámbulas.



Ciudad anacoreta de risa oxidada

de nombre y corazón yermo

invisible a peregrinos abstractos. 



Ciudades etéreas de calles infinitas

nombres apócrifos

y amores tangenciales. 



Calles del inframundo

en el mapa de un agujero negro

sin mariposas, sólo gusanos.



Balcones esculpidos sobre fachadas de cal muerta

risas fosilizadas en plazas criogenizadas

habitan el inframundo.



Ciudades de relámpagos invisibles

de libélulas jurásicas

donde la penumbra amamanta zodíacos.



Ciudades pretéritas

donde el poeta ya no versa

mas que profecías catastrofistas.



Apestosa tumba nuclear

antípoda de El dorado

mercado bullicioso de antaño.



Muros de pizarra testigos mudos

de venta de bueyes y mulas

ahora maquillada de malas hierbas y telarañas.



Pueblos de campos sin arar

de botijos desconchados

ecos de cigüeñas que no regresarán.
  


Pueblos virtuales

sin moscas que espantar

sin trompetas de gallos al alba.



Ciudades de calles sin niños

de bunkers mudos sin alma

de francotiradores sin razones.



Tiembla la ciudad de miedos desteñidos

bajo bastardas bombas bulímicas

en el vértigo atronador del bunker.



La ciudad naufragó en isla

las sirenas migraron a lomos de cigüeñas

la maleza dinosaúrica domina el asfalto.
  


Ciudades inventadas por Ítalo Calvino

viajadas por Marco Polo

reposan invisibles en libros traspapelados.



Corazones de balcones tapiados

habitan moradas de frío cóncavo

en ciudades de almas convexas.



Ciudad de ángulos obtusos

de aleatorios amores tangenciales

 tus almas hipotenusas migraron al infinito.



Higueras transparentes de uvas hipotéticas

pueblan las huertas utópicas

en la ciudad de fantasmas traslúcidos. 
  

Poetas versan ciudades esdrújulas

en páginas etéreas de pétalos cómplices

sobre zíngaras libélulas románticas.



Ciudades de soledades subjuntivas

donde poetas invisibles

en vano riman hipérboles y metáforas.



Naufrago solitario por avenidas desérticas

me siento un hombre paleolítico

en medio de la selva de asfalto.



Espejea único el eco de mis huellas

en una soledad árida de plazas sin palomas

de recónditas almas ausentes. 

  

Cristales aúllan compañía

el cemento suplica pisoteos

la ciudad ha muerto ebria.



Zarpó la ciudad a la caza de quimeras

tú y yo, libres náufragos

sedientos de pieles de lujuria.

 

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