viernes, 30 de agosto de 2019

Micropoemas tema: Fueron los celos


(FINALISTA)
Navego al inframundo en la barca del Estigia
a Caronte pago con la moneda
acuñada por tus celos.

El contrapunto culturalista del poema se defiende bien con un tono sencillo y sobrio, casi transparente en el discurso retórico que nos propone, con un final claro y rotundo.


Celosa de palacios con fiestas de seda
de camas con besos principescos
el hada hace añicos el zapato.

Especialmente el punto de giro final potencia el distanciamiento irónico del poema. En ese sentido, la exposición que apuesta por la claridad facilita ese plano de cierre final.


Amanecer de celos entumecidos
iracunda hiena merienda la tarde
noche de colmillos de marfil sedientos.

El segundo verso, con su originalidad de referentes entremezclados, incorpora la intensidad a un poema que abre con un tono confesional ligero y directo. Buen final.
Celos de hidras feudales
envenenan tus neuronas dantescas
enmarañaran nuestro candor.

Muy buenas y elocuentes esas “neuronas dantescas”, intensidad definitiva del poema.

RESTO POEMAS NO COMENTADOS
Tus celos alzaron muros de desconfianza
vendimiaron zarcillos cómplices
de novios levitantes.

Centinela de líos libidinosos imaginarios
siempre en guardia con aceros fraguados
cada sombra es enemiga.

Atisbas lobos de garras hambrientas
donde sólo hay mansos corderos
te obnubila tu iris de celos.

Tus celos sarnosos hurgan con saña
como hienas carroñeras
en la herida caníbal de nuestro amor.

Pelusa de hermano cainita
ahoga la isla del mimo uterino
el odio muerde caníbal.

Has minado nuestra isla de la confianza
has cortado mis alas de gaviota
por tus recelos enfermizos.
  
Me deslumbraste en tu corcel alado
abrí mis murallas confiadas
nos carcomió tu caballo troyano.
Te imagino infiel de noches sonámbulas
mis entrañas arden de sospechas
graniza odio en mi corazón.

Celos de hidra en tu sien  
me conjeturas promiscua
hasta con mi sombra.

En la  jaula del fin del mundo
me custodian tus celos eunucos
mi espíritu escapó libre.

En la  jaula del inframundo me custodian
tus hidras de migrañas celosas
mi alma aleteó insumisa.
   
En el faro apagado
de la isla del fin del mundo
me recluyes, celoso.

En tus pupilas de hiel
huelo la tragedia
retumban llamas de celos.

Preguntas carroñosas
martillean el eco de tu sien
carcomen tus neuronas astilladas.

Danzo clamando tu cordura
en los filos de mis cadenas
vuelo libre, a tiempo.

Tus celos viperinos
como termitas sedientas
carcomen tu cerebro astillado.

Mis gemidos trémulos
en sábanas sonámbulas
martillean tu cabeza.
   
Mis gemidos trémulos
retumban en sábanas sonámbulas
martillean tus migrañas celosas.

Me atrapas en tu hermosa telaraña de hidras
tus celos enquistan mi miedo
sólo queda invierno y venenos.
  
Escorpión celoso de las sombras
tu aguijón enloquecido
muerde mi herida cómplice.
  
Centinela envidioso velas mi sueño
para que ningún príncipe
bese mi despertar.
  
Robaste todas las flechas de Cupido
sobornaste celestinas hechiceras
pero tus celos me hallaron inmune.

Cólera de alimaña en el iris
dagas afiladas sorben espaldas distraídas
los celos no descansan.

Celos de la almohada cómplice de tus sueños

de la sábana que acaricia tu desnudez

de la voz que me destierra de tu presencia.



Borracho de celos, tú

empachada de ellos, yo

han guillotinado nuestro amor.



Cuando mueran los celos

viviremos al amor

y si sobreviven enloqueceremos.


Cenicienta busca otro príncipe

cosecho cada noche sus zapatos de cristal

celos de anhelo acechan las madrugadas.
  

Cenicienta ya no bailas conmigo

soy tu príncipe despechado

añoro tu cuerpo rozando el mío.


La distancia enfrió bailes de pasión

silencios glaciares callaron jadeos de fuego

mi sensual cenicienta te añoro.



En la umbría del laberinto ciego

un mirlo blanco con alas de plomo

se apiada de su carcelero.



Quédate en tu isla de dudas

con tus cadenas de inquisidor

no soy esclava de nadie.



En el huerto apóstata de olivos cómplices

mi beso de traidor despechado

ansiaba favoritismo, no monedas.



Enterrada en un iceberg de espinas

navega por el mundo de las sombras

una paloma sin alas ni mensaje.


Cuatro estaciones de tus celos rítmicos

mi reloj estomacal grita empachado

vomita tu inquina.



Mi alma atormentada

vuela de incognito

a las antípodas de tus celos.



Colmillos de celos famélicos
dentellean mi piel confiada

me duelen más las entrañas.



Mis lágrimas colman el vaso flemático

zarandeada por tu bilis hiperbólica

por fin te regurgito.


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