Gorilas de montaña
Qué lejos queda el gorila de lomo plateado golpeando con
fuerza su pecho en las colinas del bosque de Bwindi, en la Uganda profunda. Éramos
una especie en peligro de extinción. El gorila de Wall Street me llamaron.
Amasé criptomonedas a cascoporro, le cambié de nombre a “Monkeycoin”. Escalé la Forbes. Atrás quedaron
Amancio Ortega, Bill Gates. Incluso Onasis me quedó a la altura del betún. Ahora
la especie humana a punto de extinguirse y sin violencia, ellos solitos. Planeta
de los simios, qué ironías tiene la vida, era una película, pero a veces la realidad
supera la ficción.
Mi ocurrencia para El Bic Naranja: los viernes creativos.
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