Evolución
Cómo
íbamos a imaginarnos que no sabía nadar. Quizá debimos extrañarnos al verle en
una zona de secano, tan lejos del mar, entre vides y girasoles, comiendo uvas y
pipas. Le creímos desorientado al pobre y le llevamos al río. Casi se ahoga. Era
un disparate, un pingüino de secano y para colmo vegetariano. ¡Ay, si Darwin
levantara la cabeza!
Mi propuesta para Relatos en cadena de la SER, con la frase fija de inicio: “Cómo íbamos a imaginarnos que no sabía nadar”.
ResponderEliminar¿Un pingüino de secano?, premio a la ocurrencia insólita.
ResponderEliminarGracias. Son mis locas ocurrencias, jeje.
Eliminar