martes, 13 de marzo de 2018

La jubilada


La jubilada.

Salieron juntos cogidos de la mano al añejo balcón de su modesta casa. Sus pacíficas sonrisas arrugadas les delataban. Tras aquellas frases tan persuasivas y reivindicativas en la radio, sólo unos meses antes, comparando su lucha por las pensiones dignas a la del escarabajo boca arriba desesperado por voltearse, o la del polluelo por romper el cascarón. Desfilaron por radios y televisiones. Esta pareja de pensionistas desarbolaron a gobernantes huecos, a base de propuestas caseras y rebosantes de sentido común. Sus ideas arraigaron y sus valores germinaron. Aquella tenaz jubilada sería la primera presidenta. La revolución de los pensionistas había florecido.

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