Primera excursión.
Océano de
amapolas,
donde
la mariposa
turna al búho,
la montaña
amamanta al cuarzo,
el sendero
saluda al tomillo,
el manantial
corretea al pie del almendro,
las uvas
desperezan al alba
con el
gorjeo del chorlito.
La brisa
acuna al espliego
y danzan
agradables aromas.
La asombrada
viajera inspira
los
efluvios con ansiedad,
se codea
con la tierra
y su retina
evocará esta jornada
por
siempre… su primera excursión.
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