sábado, 4 de febrero de 2017

La misteriosa Yvette

La misteriosa Yvette.

Hace una semana llegó a nuestra empresa una mujer joven, de unos 30 años, rubia teñida, de intensos ojos verdes, facciones suaves, atractiva, esbelta y de andares atléticos, de mirada vivaz, de aspecto sereno, con gesto sonriente y seguro. Una mezcla de Marilyn y Amélie.

Ha entrado en el departamento de personal. Mis compañeras de desayuno, intrigadas como casi toda la empresa, se hacen mil preguntas: ¿Quién es esa mujer? ¿para qué la han contratado?... todo un misterio. Sólo conocemos su nombre: Yvette.

Cada una de mis amigas ha creado su propia teoría. Mar, la contable extremeña, dice que es la amante del Jefe de Sistemas Informáticos, ese jovencito con pinta de rockero rompecorazones.  Ángela, la reflexiva y más seria, cree que es sobrina o familia del Encargado de Almacén, que ya enchufó a varias personas por sus enredos políticos y sindicales. Montse, la toledana divertida, asegura que no está casada ni comprometida pues no lleva anillo alguno, y que su ropa y maquillaje son de marcas caras, mantiene que es hija de un rico, probablemente de uno de los dos propietarios de la empresa, necesita averiguar sus apellidos para certificarlo. La versión de Merche, la más detallista y observadora, es que viene a modo de "topo" para controlar quién pierde el tiempo, o se conecta a internet, quien incumple los horarios. Vamos que nos va a vigilar, se pregunta si habrá micrófonos o cámaras ocultos.

Yo no he especulado nada, sobre todo no deseo que sea amante de nadie, como es tan bien parecida... me cae genial, me gustó y quizás me enamoré desde que la vi por primera vez, y he fantaseado en mi imaginación una atracción irracional con sexo salvaje, entre ella y yo, una química mutua de ensueño, un compartir cada risa y cada momento.

Hoy cuando estaba en uno de estos trances romántico en mi mente, mi amigo Alberto, que tiene múltiples fuentes de información, me ha devuelto a la sala de café, y por fin me ha informado de quién es Yvette y para qué vino.

Es una experta sicóloga e informática de la policía y acaba de desenmascarar al pedófilo que usaba el ordenador del trabajo para perpetrar sus fechorías, era Jaime, el director de ventas, ese rarito tan tímido y huraño. Me alegro que haya  descubierto y cazado a esa basura humana, pero me apena y me va a doler, no volver a ver a esa bella mujer que me tiene esta semana en las nubes, a mi amor platónico, a Yvette.

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