Ficción
Podría decirse que soy
masoquista. Acudo a verle en brazos de otras y sufro. Hoy ha ocurrido algo
inesperado, justo en el momento en que iba a besar a la protagonista, atraviesa
la pantalla se acerca a mi butaca y, con la voz tomada, me confiesa ser esclavo
por la tiranía de las productoras, que le obligan a simular de modo creible su
amor por esas arpías. Todo por los contratos y el espectáculo, pero que su
corazón fuera de los guiones, es mío. Entonces el público de la sala aplaude a
rabiar puesto en pie, mientras él me besa con pasión y regresa adentrándose en
la pantalla justo antes del The End.
Microrrelato finalista de Octubre en el concurso de la Microbiblioteca.
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