miércoles, 3 de noviembre de 2021

Pibón

 Pibón

Tener un cuerpo escultural y mi ansia por ser un discóbolo derivaron en un trágico final. Desperté la pasión en el primer hombre que salió del armario y la furia de Apolo, que también me amaba, le arruinó la vida. Por si fuera poco, un dios del viento también bebía los ídem por mí. Cierto día cuando Apolo me enseñaba a lanzar el disco, su cólera de celos enfermizos hizo que el disco regresara cual bumerán y me abriera la cabeza. Para mí era el final de un príncipe espartano en la flor de la vida, para los coléricos dioses un simple daño colateral.



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